_
_
_
_

El FBI investiga sobornos masivos a funcionarios del Pentágono

Francisco G. Basterra

Las más Importantes empresas de armamento del país, altos funcionarios del Pentágono de las tres armas y ex miembros del Departamento de Defensa pueden estar implicados en este importante caso de corrupción, que implica sobornos de los contratístas militares a funcionarios para obtener información secreta y conseguir así contratos de cientos de millones de dólares.Ronald Reagan y el secretario de Defensa, Frank Carlucci, no fueron informados de la investigación -iniciada hace dos años- hasta esta semana, para evitar filtraciones.

Tampoco sabía nada Caspar Weinberger, el hombre que dirigió el Pentágono durante el intenso período de rearme de Reagan. Y el ministro de Justicia, Edwin Meese, sólo lo supo en marzo porque su nombre apareció en una de las escuchas secretas a las que ha sometido el FBI a los sospechosos.Pero no hay pruebas de ilegalidad que impliquen a Meese, sujeto a una investigación ética por un juez especial. El presidente ha pedido que "no se deje ninguna piedra sin remover" y que la investigación sea exhaustiva y se complete cuanto antes.

Se espera que el fiscal solicite a un. gran jurado procesamientos antes de que acabe el verano. Coincidiría con el último tramo de la campaña electoral y, si la amplitud del fraude se confirma, afectará negativamente a esta Administración y al vicepresidente George Bush, que aspira a suceder a Reagan.

El presidente se reunió ayer con Bush, el ministro de Justicia y el director del FBI, William Sessions, para ser informado del caso, que, según el portavoz presidencial, "presenta un problema de grandes dimensiones para la seguridad interna del Pentágono". No es normal que Reagan intervenga en un caso de éstos antes de concluirse la investigación, pero su importancia lo justifica, explicó la Casa Blanca. Más de 200 citaciones judiciales han sido enviadas a otros tantos implicados en el escándalo, según la agencia Reuters.

El masivo fraude, en el que funcionarios responsables de la adjudicación de contratos se embolsaban comisiones ilegales de contratistas militares y consultores de defensa a cambio de información confidencial que les ayudaba a obtener contratos del Pentágono, ha caído como una bomba en Washington.

Pasa a la página 3

15 empresas, implicadas en los presuntos sobornos

Viene de la primera páginaEl escándalo estalló el martes, cuando el FBI, con mandamientos judiciales, realizó seis registros en las oficinas y domicilios de funcionarios y ex funcionarios del Pentágono, y otros registros en 38 oficinas y domicilios en 12 Estados.

Empresas fabricantes de los sistemas de armas más modernos con que cuenta EE UU, como Northrop Corporation, McDonnell Douglas -fabricante del F-18-, United Technologies y Unisys, han sido investigadas.

Hasta ahora no se han producido detenciones, y fuentes judiciales confían en que los sospechosos, a cambio de inmunidad o negociar sus eventuales condenas, implicarán a peces más gordos en el Pentágono y a ejecutivos de las empresas de defensa.

El FBI, junto con los Servicios de Investigación de la Marina (NIS), habían pinchado en secreto teléfonos de funcionarios del Pentágono responsables de la adquisición de armamento. Las tentaciones de corrupción en este sistema se entienden muy bien cuando se sabe que durante los ocho años de la presidencia de Reagan el Pentágono ha manejado 2,2 billones de dólares.

A punto de concluir

El senador republicano John Warner, ex secretario de la Marina, sin darse cuenta de que su micrófono estaba abierto, confirmó el miércoles en el Congreso que hay 15 empresas de defensa implicadas. "Hay una corrupción generalizada en el Gobierno. En algunos casos [consultores privados], les pagaban 500 o 1.000 dólares a funcionarios para lograr información, que luego vendían [a los contratistas militares] por 40.000 o 50.000. Les compraban coches, les pagaban sus cuentas". Otras fuentes hablan de sobornos en forma de cuadros y garantías de empleos futuros en el sector privado.

"La investigación está a punto de concluir", dijo ayer el director del FBI. Hasta ahora, sólo han saltado dos nombres le altos cargos como presuntos implicados: Víctor Cohen, ayudante del secretario adjunto de a Fuerza Aérea, y James Gaines, secretario adjunto de la Marina para adquisición de material, apoyo en el Congreso programas internacionales.

Cohen trabajó para la Northrop desde 1978 hasta que, en 1980, ingresó en la Fuerza Aérea. Las oficinas de Cohen y Gaines en el Pentágono fueron registradas el martes y selladas Ayer, un marine custodiaba ambos despachos.

Registro de oficinas

Otro personaje importante in vestigado es Melvyn Paisley secretario adjunto de la Marina desde 1981 hasta 1987. Era el brazo derecho del ministro de Marina, John Lehman, amigo de George Bush, y de quien se ha rumoreado que podría ser secretario de Defensa con Bush si gana las elecciones presidenciales de noviembre. Paisley ahora trabaja como consultor de la McDonnell Douglas.

La orden de registro de las oficinas de esta compañía en Saint Louis ecía que Paisley había suministrado a la empresa información secreta de los contratos de los cazabombarderos F-18A de la Marina, que la McDonnell está tratando de vender a Suiza, Francia y Corea del Sur.

España compró también 72 unidades del modelo F-18, del que se han entregado un tercio de los aparatos.

Los investigadores están revisando miles de documentos obtenidos en los registros por sorpresa efectuados en todo el país el martes. La investigación comenzó en 1986, con un soplo de un empleado de la Marina que trabajaba en adquisición de armamento, que, disgustado por algunas cosas que vio, acudió a contarlo a los servicios de investigación de la Navy.

El FBI investiga sobornos masivos a funcionarios del Pentágono

Las más Importantes empresas de armamento del país, altos funcionarios del Pentágono de las tres armas y ex miembros del Departamento de Defensa pueden estar implicados en este importante caso de corrupción, que implica sobornos de los contratístas militares a funcionarios para obtener información secreta y conseguir así contratos de cientos de millones de dólares.Ronald Reagan y el secretario de Defensa, Frank Carlucci, no fueron informados de la investigación -iniciada hace dos años- hasta esta semana, para evitar filtraciones.

Tampoco sabía nada Caspar Weinberger, el hombre que dirigió el Pentágono durante el intenso período de rearme de Reagan. Y el ministro de Justicia, Edwin Meese, sólo lo supo en marzo porque su nombre apareció en una de las escuchas secretas a las que ha sometido el FBI a los sospechosos.Pero no hay pruebas de ilegalidad que impliquen a Meese, sujeto a una investigación ética por un juez especial. El presidente ha pedido que "no se deje ninguna piedra sin remover" y que la investigación sea exhaustiva y se complete cuanto antes.

Se espera que el fiscal solicite a un. gran jurado procesamientos antes de que acabe el verano. Coincidiría con el último tramo de la campaña electoral y, si la amplitud del fraude se confirma, afectará negativamente a esta Administración y al vicepresidente George Bush, que aspira a suceder a Reagan.

El presidente se reunió ayer con Bush, el ministro de Justicia y el director del FBI, William Sessions, para ser informado del caso, que, según el portavoz presidencial, "presenta un problema de grandes dimensiones para la seguridad interna del Pentágono". No es normal que Reagan intervenga en un caso de éstos antes de concluirse la investigación, pero su importancia lo justifica, explicó la Casa Blanca. Más de 200 citaciones judiciales han sido enviadas a otros tantos implicados en el escándalo, según la agencia Reuters.

El masivo fraude, en el que funcionarios responsables de la adjudicación de contratos se embolsaban comisiones ilegales de contratistas militares y consultores de defensa a cambio de información confidencial que les ayudaba a obtener contratos del Pentágono, ha caído como una bomba en Washington. Pasa a la página 3

15 empresas, implicadas en los presuntos sobornos

Viene de la primera páginaEl escándalo estalló el martes, cuando el FBI, con mandamientos judiciales, realizó seis registros en las oficinas y domicilios de funcionarios y ex funcionarios del Pentágono, y otros registros en 38 oficinas y domicilios en 12 Estados.

Empresas fabricantes de los sistemas de armas más modernos con que cuenta EE UU, como Northrop Corporation, McDonnell Douglas -fabricante del F-18-, United Technologies y Unisys, han sido investigadas.

Hasta ahora no se han producido detenciones, y fuentes judiciales confían en que los sospechosos, a cambio de inmunidad o negociar sus eventuales condenas, implicarán a peces más gordos en el Pentágono y a ejecutivos de las empresas de defensa.

El FBI, junto con los Servicios de Investigación de la Marina (NIS), habían pinchado en secreto teléfonos de funcionarios del Pentágono responsables de la adquisición de armamento. Las tentaciones de corrupción en este sistema se entienden muy bien cuando se sabe que durante los ocho años de la presidencia de Reagan el Pentágono ha manejado 2,2 billones de dólares.

A punto de concluir

El senador republicano John Warner, ex secretario de la Marina, sin darse cuenta de que su micrófono estaba abierto, confirmó el miércoles en el Congreso que hay 15 empresas de defensa implicadas. "Hay una corrupción generalizada en el Gobierno. En algunos casos [consultores privados], les pagaban 500 o 1.000 dólares a funcionarios para lograr información, que luego vendían [a los contratistas militares] por 40.000 o 50.000. Les compraban coches, les pagaban sus cuentas". Otras fuentes hablan de sobornos en forma de cuadros y garantías de empleos futuros en el sector privado.

"La investigación está a punto de concluir", dijo ayer el director del FBI. Hasta ahora, sólo han saltado dos nombres le altos cargos como presuntos implicados: Víctor Cohen, ayudante del secretario adjunto de a Fuerza Aérea, y James Gaines, secretario adjunto de la Marina para adquisición de material, apoyo en el Congreso programas internacionales.

Cohen trabajó para la Northrop desde 1978 hasta que, en 1980, ingresó en la Fuerza Aérea. Las oficinas de Cohen y Gaines en el Pentágono fueron registradas el martes y selladas Ayer, un marine custodiaba ambos despachos.

Registro de oficinas

Otro personaje importante in vestigado es Melvyn Paisley secretario adjunto de la Marina desde 1981 hasta 1987. Era el brazo derecho del ministro de Marina, John Lehman, amigo de George Bush, y de quien se ha rumoreado que podría ser secretario de Defensa con Bush si gana las elecciones presidenciales de noviembre. Paisley ahora trabaja como consultor de la McDonnell Douglas.

La orden de registro de las oficinas de esta compañía en Saint Louis ecía que Paisley había suministrado a la empresa información secreta de los contratos de los cazabombarderos F-18A de la Marina, que la McDonnell está tratando de vender a Suiza, Francia y Corea del Sur.

España compró también 72 unidades del modelo F-18, del que se han entregado un tercio de los aparatos.

Los investigadores están revisando miles de documentos obtenidos en los registros por sorpresa efectuados en todo el país el martes. La investigación comenzó en 1986, con un soplo de un empleado de la Marina que trabajaba en adquisición de armamento, que, disgustado por algunas cosas que vio, acudió a contarlo a los servicios de investigación de la Navy.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_