Honecker dice que la RDA nunca ha querido copiar el sistema soviético

Erich Honecker, máximo dirigente de la República Democrática Alemana (RDA), declaró ayer que su país no ha querido nunca copiar el sistema soviético, en lo que medios occidentales describen como el más rotundo rechazo a las reformas iniciadas por Mijail Gorbachov en Moscú.El jefe del Estado y del partido comunista de la RDA afirmó en una entrevista con periodistas austríacos que su país mantendrá el rumbo político emprendido en 1971. Honecker, de 75 años, agregó que la perestroika (reestructuración) pretende romper con "ciertas incrustaciones de la vida económica" y está basada exclusivamente en las condiciones internas de la Unión Soviética.

"En el primer llamamiento formulado por el partido comunista germano el 11 de junio de 1945 se decía que los comunistas no queríamos implantar el sistema soviético en Alemania", declaró. Las declaraciones del líder de la RDA son la manifestación más rotunda de rechazo de Berlín Este a las reformas políticas propugnadas por Moscú. Durante décadas, el lema de la RDA ha sido "aprender de la URSS es aprender a vencer". Este lema se desvaneció con la llegada de Gorbachov al Kremlin.

Desde el último congreso del partido comunista de la RDA, en abril de 1986, las expectativas de liberalización política despertadas por Gorbachov se han visto frustradas por la tenaz oposición de la dirección del partido a aplicar reformas. Honecker señaló que apoya la política reformista del Kremlin pero que a cada país corresponde "analizar y determinar por si mismo cuales son las nuevas tareas a realizar".

Polonia, Hungría, Checoslovaquia y Bulgaria se han unido a la política soviética de reformas y debaten una revisión de su papel en la sociedad, una nueva ley de asociaciones y una ley electoral. La RDA forma ya un eje con Rumanía de oposición a toda reforma hacia la democratización.

Fuentes diplomáticas en Berlín Este aseguran que las declaraciones de Honecker son una muestra de su intención de mantenerse en el poder a pesar del continuo aumento del descontento en la base del partido y en la sociedad.