El compositor italiano Giovanni Enna traza un paralelo entre Gaudí y Albéniz,
¿Existe un paralelismo artístico entre la arquitectura de Antoni Gaudí y la música de Isaac Albéniz? Es lo que defiende en su trabajo Voz musical de Oriente en el Occidente de Europa el pianista y compositor italiano Giovanni Enna, catedrático de Música en el conservatorio de Aquila, en los Abruzos, y que está considerado como uno de los mejores intérpretes mundiales del compositor catalán.
Nenna, que acaba de interpretar un concierto en Granada y que pone como condición para realizar conciertos el que figure en el programa por lo menos una pieza de Albéniz, como ha hecho en la Unión Soviética, en Alemania, en Holanda, en Suiza, etcétera, afirma que con Isaac Albéniz,. por vez primera después del siglo XVI, la música española se inserta en dimensiones y valores a nivel europeo".Por lo que se refiere al curioso paralelismo que el pianista italiano encuentra entre los dos grandes artistas, Gaudí y Albéniz, escribe: "Es singular que en aquellos mismos años (de Albéniz), actuaba en la misma Barcelona, y con igual genialidad artística, la arquitectura innovadora de Antoni Gaudí. Existe una significativa unidad artística entre los dos extraordinarios genios catalanes: la libre y nueva fantasía de las formas de Gaudí, que se manifiesta en curvas de ecuaciones matemáticas complejas nunca aplicadas anteriormente en arquitectura, y la igualmente innovadora y libre invención armónica de: Isaac Albéniz, que se sale de todos los moldes escolásticos". Añade Nenna que Albéniz "presenta sonoridades nuevas, que aún no se habían experimentado en el piano". Todos los instrumentos técnicos de la música de Albéniz, continúa, están encaminados a "construir una dramática tridimensionalidad auditiva, del mismo modo que se cargan de curvas, de claroscuros, de entrelazados complejos las arquitecturas del Art Nou catalán".
Complejidad
De ahí el que, fatalmente, según el compositor italiano, "la escritura musical de Albéniz se hace complicadísima, prácticamente ilegible a primera vista, porque pretende de su ejecutor un ejercicio mnemónico riguroso y conceptual para captar al mismo tiempo la esencia y el continuo fluir sin esquemas. Y eso porque, estilística y técnicamente, Albéniz llega a un complejo enriquecimiento de la escritura pianística que, tras Chopin y Liszt, la empuja hacia una nueva dimensión".Nenna tiene la pasionalidad de un español, más aún, como comentaba una noche a este corresponsal Carmen Romero, la esposa del presidente español, mientras escuchaba embelesada interpretar Albéniz al pianista italiano en su fantástico castillo de Lanuvio, "tiene que tener", dijo, "sangre andaluza en sus venas".
Según Nenna, Albéniz ha sido muchas veces considerado como segunda categoría porque, ante la dificultad, casi imposibilidad, de interpretarlo al desnudo, se le conoce sobre todo por las fáciles arrangiamenti para guitarra.
Para el compositor italiano, el mérito mayor de Albéniz, aún no descubierto a fondo, es que supo llevar a la categoría europea una música, la de Andalucía, que hasta entonces se consideraba sólo como folclórica y popular, hasta el punto que se decía con ironía que la "mejor música española la habían escrito los franceses". Albéniz, que se llama a sí mismo moro y que "siente sobre sí como un destino su primer nombre judío sefardí: Isaac", acaba nutriendo su música, escribe el pianista italiano, con las dolorosas de etnias perseguidas, los moriscos, los conversos, los gitanos que habían hablado sin palabras en el mundo de la música.
Acaba diciendo Nenna en su obra que es sólo una introdución a lo que va a ser su Diario interpretativo de Albéniz, que el artista catalán "llevó al pentagrama lo que había sido el inmenso magma originario, el casi perdido patrimonio musical de los pueblos del Mediterráneo oriental, con una operación de cultura finísima de extenuante investigación armónica y de inagotable capacidad creativa".
Babelia
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