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LA CAMBIANTE ESCENA EUROPEA

Esperando a los soviéticos

La base británica de Greenhain Common se prepara para las inspecciones de la URSS

Equipos de inspección soviéticos y norteamericanos van a visitar en julio y agosto próximos las bases militares en que ambas superpotencias tienen desplegados los misiles nucleares de corto y medio alcance cuya eliminación han acordado Ronald Reagan y Mijail Gorbachov.En Greenham Common, a un centenar de kilómetros de Londres, hay 96 misiles de crucero, y el coronel William Jones, responsable de la base, ya está preparado para recibir a los soviéticos. Ni él ni sus soldados lloran el desmantelamiento de los cohetes "Han cumplido su misión, y no tengo nada que lamentar", dice un sargento de una de las tripulaciones que manejan los misiles.

El tratado sobre eliminación de los cohetes de crucero, capaces de alcanzar objetivos situados a 2.500 kilómetros de distancia, establece una pormenorizada agenda procedimental de inspección y destrucción. En Greenham Common, ante cuyas puertas siguen acampadas pacifistas que protestan contra la mentalidad armamentista, todo está preparado para recibir a los soviéticos. El pabellón en que los inspectores elaborarán el informe de su visita acaba de ser pintado, amueblado y enmoquetado. Huele a nuevo.

Demasiado caro

Los soviéticos sólo tendrán que dar a los norteamericanos un preaviso de 16 horas para anunciarles que van a presentarse en Greenham -una base de 800 hectáreas en la que están destinados 1.842 militares estadounidenses- para comprobar en esta primera visita si la localización, el número y las características de los arsenales se corresponden con lo descrito en el tratado. Los silos que guardan los misiles, el área de mantenimiento de vehículos y los hangares serán las zonas inspeccionables. La estancia podrá durar hasta un máximo de cuatro días y medio.Lo que no harán los inspectores es ver los misiles, que permanecen en unas vainas cilíndricas de aluminio herméticamente cerradas. "Lleva mucho tiempo, trabajo y dinero desmontarlos para inspección", dice el coronel Jones, que no es experto en este tipo de armas. "Ninguno de nosotros ha visto tampoco los misiles; sólo se ve la vaina señaló el teniente coronel Robert Weideman. "Hay sistemas electrónicos para hablar con ellos". Eso será lo que hagan los soviéticos.

Los misiles de crucero de Greenham han de ser destruidos en un plazo máximo de tres años, conforme a una agenda que ha de marcar la OTAN. En ese lapso de tiempo, los soviéticos pueden realizar hasta 20 visitas por año, que pueden seguir con menor periodicidad en los 10 años sucesivos. Moscú ya ha anunciado la eliminación de algunos de sus cohetes, pero los 96 de Greenham, a los que acompañan cinco no operativos en calidad de repuestos, siguen intactos. "Ninguno ha salido de la base" para se destruido en Estados Unidos dice el coronel Jones.

Washington y Moscú tienen derecho de veto sobre la lista del total de 200 inspectores que han de formar los 20 equipos de control, pero no hay constancia de que se haya ejercido ese derecho Se ha especulado con la eventualidad de que bajo la capa de un inspector se pretendiera pasar a algún espía, pero lo más factible es que sea el propio equipo de inspectores el que trate de recabar el máximo de información extra. El teniente coronel Ken Keating, de la agencia norteamericana encargada de las inspecciones, habla de cómo vana evitarse filtraciones indeseadas. "Siempre existe la posibilidad de que haya espionaje, pero va a haber mucho control", advierte.

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Los soviéticos. podrán ver a las mujeres acampadas junto a Greenham. Una de ellas estaba el otro día subida a la valla que rodea la base, junto a la calzada que circunda los silos que los inspectores están autorizados a recorrer. "El tratado no destruye la cabezas nucleares, y nosotras queremos que sean destruidas", decía la pacifista

El tratado tampoco contempla la destrucción de los centros de control de lanzamiento, pequeñas salas arrastradas por camiones, protegidas contra el impacto nuclear y la guerra química.

El coronel Jones desconoce cuál será el futuro empleo de la base, en la que ha habido presencia norteamericana desde 1941, que él piensa va a continuar. Las pacifistas están convencidas de que las barras y estrellas van a seguir ondeando en Greenham Common. Una de ellas dice que van a continuar allí hasta que los norteamericanos salgan del Reino Unido, donde tienen 30.000 soldados en 66 bases. "No estamos sólo contra los misiles de crucero, sino contra la idea de la violencia en sentido genérico", dice.

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