Reunión informal de trabajo de los jefes de Estado de los cinco países del Magreb
ENVIADO ESPECIALLos jefes de Estado de los cinco países del Magreb almorzaron juntos ayer y sostuvieron luego una reunión de una hora, en lo que constituyó el primer encuentro de este tipo desde la ascensión de esos países a la independencia. Los dirigentes de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania acordaron crear una comisión que elabore las vías para la construcción del Gran Magreb. El primer paso a dar, acordaron los reunidos, será el establecimiento de una asociación económica.
La minicumbre magrebí estuvo cogida por los pelos, según fuentes argelinas y marroquíes. Varios de los asistentes tenían serias reticencias a un encuentro semejante, pero el rey Fahd de Arabia Saudí logró convencerles de la importancia de dar algún tipo de respuesta a las expectativas despertadas en las opiniones públicas del norte de África y del mundo árabe en general.
Fahd, el rey Hassan II de Marruecos, el coronel libio Muammar el Gaddafi y los presidentes Chadli Benyedid, de Argelia; Ben Afi, de Túnez, y Uld Taya, de Mauritania almorzaron juntos en Zeralda, una localidad costera y turística situada a unos 25 kilómetros al este de Argel. La presencia del monarca saudí evidenció las dificultades encontradas para sentar juntos a la mesa los responsables de los países magrebís.
Fahd tuvo que emplear toda su autoridad de jefe de Estado de uno de los países árabes más ricos y de custodio de los santos lugares del Islam, La Meca y Medina. Más tarde, el saudí dejó Argel y los magrebíes discutieron en solitario durante una hora, al término de la cual posaron juntos y con las manos unidas para una foto de familia.
Los cinco jefes de Estado intercambiaron sus puntos de vista sobre la construcción del Gran Magreb y acordaron que en julio próximo se reunirá, en Argel, una comisión al respecto. El principal problema para la asociación de esos países del noroeste africano, el contencioso entre Argelia y Marruecos a propósito del Sáhara occidental, está en vías de solución, afirman los diplomáticos más optimistas.
El rey Hassan II, según fuentes marroquíes, estuvo acompañado de sus dos hijos y de sus hombres de confianza: el ministro de exteriores Fila¡¡, el de interior Basri, el consejero Reda Guedira y el cronista del reino Mulay Ahmed Alaui.
Desde el comienzo, el pasado martes, de la cumbre árabe de Argel, dedicada al levantamiento palestino iniciado el pasado diciembre, fuentes argelinas y marroquíes habían manifestado que los cinco jefes de Estado del Magreb sostendrían un encuentro particular -destinado a hacer historia.
El 'desafío' europeo
El gran Magreb económico, decían esas fuentes, es una absoluta necesidad frente al desafío que significa la unión europea prevista para 1992. "Si a partir de 1992 negociamos individualmente con la Comunidad Europea, estamos perdidos", convenían en afirmar las delegaciones de Argelia, Marruecos y Túnez. Pero a medida que la cumbre árabe avanzaba, aparecían obstáculos para la reunión final de los magrebíes. Los incidentes provocados por el Frente Polisario en los márgenes del encuentro del hotel El Aurassi y el permanente desprecio del coronel Gaddafi respecto al rey Hassan, ensombrecían un panorama pintado de color de rosas cuando el monarca marroquí llegó a Argel a bordo del trasbordador Marraquech.
La cumbre árabe terminó en la madrugada del viernes. Las conclusiones leídas por el secretario general de la Liga Arabe y portavoz de la conferencia, Chadli Klibi, no contenían nuevos elementos capaces de impulsar el proceso de paz en Oriente Próximo. Los jefes de Estado árabes se han remitido al documento aprobado en Fez en 1982. Se resisten a efectuar un reconocimiento explícito del Estado de Israel, pero lo hacen de modo indirecto al solicitar tan sólo la retirada de los territorios árabes ocupados en 1967 y del sur de Líbano.
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