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Lluís Llach se presenta como barítono en Francia

Lluís Llach concluye hoy, en la catedral de Boulogne-sur-Mer (Francia), su presentación como barítono con el Réquiem de Gabriel Fauré. El lunes y el martes, en el Palacio de Congresos y de la Música de Lille, se estrenó como cantante clásico con la misma obra, acompañado por la Orquesta Nacional de Lille, que dirige Jean-Clande Casadesús. El miércoles, con la soprano de la Opera de Lyón Catherine Dubesc, y también en la basílica de Saint Quintin, fue interpretado, además de la obra de Fauré, el Gloria de Boulenc.

La Orquesta Nacional de Lille se valora como la primera o la segunda de Francia, y su director, Casadesús, es una figura europea de la batuta, considerado como un rompedor de todas las barreras musicales.En su presentación como barítono en Lille, Llach, aunque aparecía como levemente encogido por una timidez muy suya, al final de la interpretación del Réquiem tuvo que responder a cinco llamadas entusiastas de las 1.900 personas que llenaron cada uno de los dos días el Palacio de Congresos y de la Música.

Los dos diarios de esta ciudad, de 200.000 habitantes, de la que es alcalde el ex primer ministro socialista Pierre Mauroy, elogiaron abiertamente la aparición del barítono Llach. La Voz del Norte escribía: "El acontecimiento de la velada fue (además de la orquesta, el coro y Casadesús) la presencia del cantante catalán Lluís Llach, que abordaba en esta ocasión el repertorio clásico. Saludamos al artista y su proeza, aunque es lógico que se encuentre más a gusto con los poetas de su país".

Esta aventura de la trayectoria de Llach se debe en gran medida a su encuentro con Casadesús, hace dos años, en Lille, cuando el cantante catalán acudió a dicha ciudad del norte francés para intervenir en la Fiesta de la Música. Entonces, la orquesta dirigida por Casadesús no tuvo inconveniente en acompañarlo interpretando su repertorio pop. La colaboración se repitió en París, en el suroeste francés y en Barcelona.

Casadesús desafió a Llach. "¿Te atreverías a cantar clásico?". "Si se trata del Réquiem de Fauré, sí", respondió el cantante. Y listo. Desde hace un año, Llach se ha preparado a fondo, aunque siempre fue un forofo de la ópera y lleva 15 años estudiando clásico con un maestro ad hoc.

Corazón

"La música", explica el director de la orquesta, "es la manera espiritual más elevada de comunicación entre los hombres, sin barreras, porque sólo se comunica con el corazón. Todos pueden comprender". Añade, refiriéndose al cantante catalán: "Entre Lluís y yo se produjo la conjunción de dos sensibilidades, y como su sueño era interpretar el Réquiem, y tiene voz para ello, todo lo demás ha sido cuestión de trabajo. Pero lo importante de nuestro conocimiento es el deseo común de que se derrumben todas las barreras entre los diferentes públicos y que puedan encontrarse todos ellos ante la llamada música sabia y la popular. Tendría que llegarse a una sola sensibilidad para que haya un solo público y desaparezca la xenofobia musical, lo que, de paso, ayudaría al acercamiento humano".Llach vive esta experiencia como si fuera un niño principiante: "Es una aventura", dice, "un descubrimiento, una aventura muy rica para mí en todos los órdenes". ¿Abandonaría la música popular para continuar esta aventura? Ése es otro cantar. En todo caso, Llach confiesa que se encuentra más a gusto y relajado cantando Verjes 50 o Te estimo.

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