Revisión de 10 años de informalismo en España
'Aspectos de una década: 1955-1965' reúne la obra selecta de 15 artistas
La exposición Aspectos de una década: 1955-1965, que se exhibe desde ayer en las salas de la Fundación Caja de Pensiones (Serrano, 60), reúne una selección de obras de 15 artistas españoles que, agrupados genéricamente bajo la tendencia del informalismo, representaron la primera generación que accedió ampliamente a los circuitos internacionales del arte. La limitación en el tiempo a la que se ciñe esta exposición no es arbitraria. Se inicia con la desaparición de la revista catalana Dau al Set -publicación que formulé y afirmó el carácter del informalismo, además de reunir en tomo a sus páginas a los principales artistas y críticos de este movimiento- y termina con la inauguración del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, que hace un auténtico compendio de la década. Naturalmente, la clasificación dentro de los límites del informalismo puede ser demasiado estrecha para algunos de los desarrollos pictóricos expuestos en esta muestra, pero resulta un aglutinante orientador.Los artistas representados son: Rafael Canogar, Modesto Cuixart, Luis Feito, José Guerrero, Josep Guinovart, Joan Henández Pijuán, Manuel Millares, Lucio Muñoz, Albert Rafols Casamada, Gerardo Rueda, Antonio Saura, Eusebio Sempere, Antoni Tápies Gustavo Torner y Fernando Zóbel.La comisaria de la muestra, María Corral, considera que la selección de las obras que componen esta exposición se refiere a una época concreta de cada artista, la que mejor representa su personalidad plástica. "Hemos querido escoger pocas obras de cada artista, dada la limitación del espacio para la muestra, pero que ella ponga de relieve la fuerza y sentido en que la dirigía en ese momento cada uno de ellos", afirmó María Corral.
"Fue una época en la que la pintura española se abrió camino en los circuitos internacionales del arte y en la que los artistas llegaron a exponer sus obras en centros tan importantes como el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), la Tate Gallery de Londres y galerías como la Marlborough, en su mejor momento. Todos ellos manejaban los lenguajes artísticos internacionales pero sin dejar de lado cierto carácter español"."Se pueden ver las diversas direcciones en las que se movían estos pintores. En Cataluña había una tendencia más clara hacia el pop, mientras en el resto de España el informalismo era lo dominante".
La exposición muestra la vitalidad de una generación que proponía no sólo una perspectiva novedosa para la investigación plástica personal, sino el resultado de una continua inquietud teórica en torno a las proposiciones del grupo. Por eso el catálogo que acompaña a esta exposición ha reunido textos críticos de la época y escritos de los propios artistas, con lo que se da una idea más cercana del significado de esta etapa de la pintura española.
