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La 'contra' exige concesiones inmediatas a Managua

Antonio Caño

La delegación de la contra presentó ayer, al iniciarse la cuarta ronda del diálogo directo en Nicaragua, una nueva propuesta que hace más difícil la obtención de acuerdo para devolver la paz al pais. La Resistencia Nicaragüense (RN) se compromete a incorporarse a la vida institucional, pero exige a cambio el inmediato cumplimiento de algunas condiciones, como la amnistía irrestricta y la plena democratización del país en un plazo de dos meses. El plan puesto sobre la mesa por la contra obliga, si es que los sandinistas aceptan, a llevar la discusión a un terreno puramente político, lejos de los debates técnicos que dominaron las dos rondas mantenidas anteriormente en Managua.

El portavoz de la delegacióri gubernamental, el ministro de Información, Manuel Espinoza, calificó la propuesta de la contra de "provocadora y descabellada" y no descartó que las conversaciones puedan quedar interrumpidas si RN insiste en discutir ese documento. Según Espinoza, el proyecto presentado por los antisandinistas olvida todo lo hecho desde la firma, el pasado 23 de marzo, de los acuerdos de Sapoá, y replantea la negociación con el propósito de liquidar esos acuerdos. El portavoz de la contra, Bosco Matamoros, opinó, por el contrario, que la propuesta de RN "recoge los principios de Esquipulas 2 y de Sapoá" y pretende establecer "las condiciones básicas de una sociedad democrática".Propuestas rebeldes

Los rebeldes antisandinsistas, representados por Alfredo Cé sar, y el máximo jefe militar de RN, Enrique Bermúdez -quien por primera vez se enfrenta cara a cara con el máximo jefe militar sandínista, el general Humberto Ortega-, se comprometen, de acuerdo al plan presentado, a "incorporar sus fuerzas a la vida institucional" y sumarse a "un proceso de reconstrucción nacional" antes del 31 de enero de 1989, pero exigen, a cambio, condiciones que suponen hacer borrón y cuenta nueva con los acuerdos de Sapoá. Piden qu, el Gobierno conceda en el pla zo de cinco días una amnistía sin excepciones para todos los delitos políticos; otorgue irres tricta libertad de prensa, incluida la apertura de canales priva dos de televisión; suspenda el reclutamiento para el servicio militar, y no impida el abastecimiento de las fuerzas de RN.

El acuerdo de Sapoá exigía al Gobierno sandinista la liberación inmediata de 100 presos políticos y del 50% de los restantes cuando las fuerzas de la contra hubiesen entrado en las zonas de cese el fuego que debían ser establecidas. Los 100 primeros presos fueron liberados, pero no se han vuelto a abrir las cárceles porque la contra no ha llegado a desplazarse a las zonas de alto el fuego ni se ha avanzado un milímetro más en esa materia.

La propuesta de la contra añade que, en el plazo de 60 días, deben entrar en vigor reformas que garanticen el pluralismo político, la separación de los poderes del Estado, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la libertad de expresión y asociación, la separación del Ejército de toda actividad política, el derecho de huelga y un sistema electoral pluralista y justo. Todas estas reformas deben ser verificadas por una comisión integrada por el arzobispo de Managua, cardenal Miguel Obando y Bravo, y el secretario general de Organización de Estados Americanos, Joao Banea Soares. Cotí anterioridad a esta propuesta, el vicecanciller nicaragúense, Víctor Hugo Tinoco había ofrecido a la contra la discusión durante los próximos tres meses, junto a los demás partidos legales de Nicaragua, de un calendario para la democratización del país, incluyendo la reforma de la ley electoral; la fijación de una fecha para las elecciones municipales, y normas para la demarcación de la economía mixta, ampliando el campo de la empresa privada.

La contrapropuesta rebelde ha querido probar la voluntad democratizadora del Gobierno nicaragüense con un órdago a la grande. A media jornada de ayer la situación quedaba equidistante de un fracaso total y de un paso adelante histórico.

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