Clásicos y barrocos

Días de barroco y clasicismo en el Teatro Real con la actuación de I Musici y Virtuosi de Roma, el grupo instrumental que dirige Mercedes Padilla, y The Academy of Ancient Music, que dirige Christopher Hogwood.

Menos habitual en nuestros conciertos esta formación británica, ya afamada por la calidad de sus componentes y la permanente búsqueda de autenticidad estilística a la que dedica sus mejores horas el maestro Hogwood, provocó una expectación y una asistencia que, por otra parte, ha sido tónica dominante en las series de Ibermúsica-Tabacalera.

El problema estilístico que plantea el paso del barroco al clasicismo vienés es importante. La Academia ha logrado hasta la fecha sus mejores resultados en el primer estilo que en el segundo. Quizá porque Haydn o Mozart están ya tan insertos en los conceptos de modernidad que este tipo de versiones, aun bien realizadas, suenan inevitablemente a cosa museal. Con el barroco sucede lo contrario: el trabajo de una serie de figuras que vienen sucediéndose en el panorama europeo y americano ha devuelto a la música anterior al clasicismo no sólo su autenticidad, sino también su vitalidad. Casi unánimemente, los melómanos preferirán las interpretaciones de los grupos barrocos de calidad a las verdaderas deformaciones practicadas por las orquestas con conceptos e instrumental modernos.

La misma utilización de los instrumentos históricos adecuados -en especial trompas y trompetas- impone un cierto aire arqueológico. Con todo, la experiencia de escuchar a este conjunto de tan alta calidad individual y colectiva fue excelente.