_
_
_
_
_

Escolares de piel distinta

Un grupo de padres no quiere que 11 niños negros se matriculen en el colegio de sus hijos

Benki tiene seis años y vive en Santa Coloma de Farners, una apacible ciudad de Gerona con renta suficiente como para necesitar mano de obra inmigrada de otros continentes. Benki asiste al parvulario La Milagrosa y el próximo curso ha de comenzar ya EGB. Pero tiene un problema. Su piel es de color negro y la asociación de padres del colegio privado La Salle, al que sus padres quieren enviarla, teme que si abren la puerta a Benki se colaran también los otros 10 niños negros acogidos gratuitamente en el parvulario La Milagrosa por las monjas de Paula. Y que si se cuelan los 11 niños negros, habrá padres blancos que retiren a sus hijos del colegio.

Solución: que Benki se matricule en la escuela pública para garantizar que no todos los niños negros vayan a La Salle. Esto es lo que propuso la asociación de padres al Consejo Escolar. La propuesta mereció la desaprobación del director del colegio y posteriores acusaciones de racismo, que la asociación niega ahora rotundamente.Ha sido precisamente la generosidad de las monjas de Paula la que ha trastocado el sólido equilibrio escolar que hasta ahora imperaba en Santa Coloma de Farners, donde hay dos escuelas, una privada (la de La Salle) y otra pública (la de Sant Salvador d'Horta). Y dos parvularios, ambos privados. El de La Milagrosa es, por afinidad ideológica y pedagógica, el que nutre de escolares a la escuela privada, mientras que los niños que acuden al otro parvulario pasan en general a la escuela pública.

Pero hace unos años comenzaron a afincarse en Santa Coloma, en condiciones más bien precarias, trabajadores naturales de Gambia. Benki es hija de uno de estos trabajadores, Ehrima Sawanah, que lleva ya nueve años en Cataluña. Ella es la mayor entre la prole de estos nuevos vecinos, que ya suman un centenar, cuya renta no alcanza para pagar la cuota de un parvulario. Por eso las monjas de Paula los han acogido gratuitamente, para evitar que sufrieran discriminación.

Eso mismo asegura ahora la asociación de padres que perseguía con su criticada propuesta: "En el documento que presentamos no se dijo nunca que no queríamos a los niños negros. Sólo consideramos que, para facilitar su integración en Santa Coloma, lo mejor era distribuirlos en los dos centros".

Otros miembros de la asociación, sin embargo, han sido menos contemporizadores con la comunidad africana. Marisa Jubany, ex presidenta de la asociación de padres y actual asesora, afirma: "Los problemas pueden venir de sus diferentes costumbres sociales y de las deficiencias culturales y sanitarias que padecen".

También hay quien defiende con vigor a los africanos. "Son niños como los otros y tienen el mismo derecho a ser escolarizados", afirman.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Ebrima Sawanah, padre de Benki, desconocía hasta el sábado la postura de la asociación. Kassim, secretario de organización de la Asociación de Trabajadores Africanos de Gerona y pariente de Sawanah, se muestra prudente y sólo se atreve a expresar su confianza en que el problema se resuelva. "Lo que sí está claro es que los niños no tienen prejuicios raciales. En todo caso, quien los tiene son los mayores", afirma.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_