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Hassan II, el sabio

La reconciliación con Argelia aúna a partidarios y opositores marroquíes

El rey Hassan II está investido por la gracia, y su capacidad de previsión supera con mucho los análisis de los observadores. Así lo creen en Rabat tanto los medios más identificados con el Gobierno como los que se autodenominan opositores. Y en esta sabiduría política confían los que más escépticos se han mostrado los pasados días de la reconciliación con Argelia, especialmente los nacionalistas del partido Istiqlal, perplejos aún por la falta de condena oficial ante los ataques perpetrados en los últimos días por el Frente Polisario después de que se hubiera firmado el acuerdo.

"La reconciliación es, por supuesto, un paso positivo para el futuro de los pueblos marroquí y argelino, que no tiene más remedio que ser común, puesto que se trata del mismo pueblo dividido por las fronteras artificiales que marcó el colonialismo", explica a este diario Tazi Abdelhaq, número dos del Istiqlal y que en el pasado ha ocupado cargos en el Gobierno marroquí como la Secretaría de Estado para Asuntos Exteriores y la cartera ministerial de Planificación."Pero hemos aprendido de la historia que hay que ser vigilantes con las autoridades argelinas: nos han engañado en muchas ocasiones", añade Tazi, que enumera varios ejemplos: "La promesa hecha por los actuales dirigentes de Argel cuando aún era un Gobierno provisional en lucha contra los franceses de arreglar el contencioso fronterizo existente entre los dos países una vez lograda su independencia o su falta de palabra en 1976, cuando se hallaban en guerra, en plena conflicto del Sáhara, y fueron cercados en Angala". "Entonces estaban a punto de ser aniquilados y les salvó la mediación de los egipcios, con quienes se comprometieron a dejar en paz la cuestión del Sáhara si los dejábamos marchar de Angala".

Por estas razones Tazi considera que los últimos ataques del Polisario en el desierto y el sur de Marruecos pueden ser una señal de que el acuerdo sea para Argel de nuevo papel mojado.

Un largo proceso

"El tiempo lo dirá, porque incluso el Gobierno sabe que no se puede abandonar a la euforia, ya que lo que tenemos delante es un largo proceso", afirma Jalid Jamai, director del diario marroquí L'0pinión, órgano del Istiqlal. "El rey Hassan ha logrado huir del aislamiento en que le ha colocado Argelia en foros como la Organización para la Unidad Africana (OUA) con una estrategia de relaciones bilaterales comerciales eficaces".En Rabat observadores occidentales coinciden en que tras el acuerdo, con el objetivo dirigido a la creación del Gran Magreb, ha habido un pacto entre Argelia y Marruecos para solucionar el conflicto saharaui.

Los medios nacionalistas marroquíes coinciden con esta tesis y temen que la clave haya sido el trueque del fin del apoyo militar argelino al Frente Polisario a cambio de la renuncia marroquí a las reivindicaciones fronterizas a las que ha aludido Tazi, sobre la zona del Tinduf, ahora bajo soberanía argelina.

Por el momento, el texto del comunicado que ha sido punto de partida de la reconciliación ha permitido dar muestras de satisfacción tanto a Marruecos como a Argelia y al propio Frente Polisario. Para Rabat ha sido un triunfo sin precedentes que Argel renunciara a incluir en el texto el concepto de derecho de independencia para el pueblo saharaui, así como sus exigencias de una retirada de la administración y tropas del Sáhara de cara a la celebración del referéndum, que se plantea como la única posible salida de una solución diplomática del conflicto.

Alegría de Argel

Por la otra, Argel no esconde su alegría por la ratificación de los acuerdos de Ifrán a la que alude el texto, que deberían silenciar el contencioso fronterizo sin tener que renunciar a su papel de intermediario con los saharauis, papel que no ha cesado de reafirmar a lo largo de esta semana. "El texto es tan ambiguo que cada uno puede sacar de él las conclusiones que quiera", admite Jamai al referirse a las fórmulas utilizadas en él para definir el referéndum ("justo, sin restricciones..."), que recuerdan las condiciones impuestas en este sentido por Argel y las resoluciones de la ONU y la OUA y que resultan molestas a Rabat."Ha sido Argel quien siempre ha obstaculizado la celebración del referéndum", explica Tazi al recordar el plan presentado por Rabat ante la OUA, que defiende el acuartelamiento de las tropas marroquíes durante la celebración de este eventual referéndum, así como la supervisión de la ONU.

Pero en algunos medios independientes, aun reconociendo que el ejército no tiene una presencia masiva en los centros urbanos saharauis, admiten que esta fórmula contribuiría a presionar hacia un resultado de la consulta favorable a Marruecos.

"El proceso será lento", recalca Tazi.

El factor tiempo es lo que, según todos los observadores, facilitará la capacidad de maniobra de ambas partes hacia resultados positivos. A los argelinos les permitirá un desenganche progresivo de su solidaridad saharaui sin poner en entredicho su prestigio en los foros internacionales de defensor de causas justas. A Marruecos le permitirá consolidar su política de cruce entre los pueblos del Norte y del Sur y las ingentes inversiones económicas en el Sáhara, con las que cuenta atraer de su parte el resultado del referéndum.

Sobre estas coordenadas de larga espera, el ataque del Polisario efectuado el pasado lunes en el sector de Tijla no ha causado sorpresa en Rabat y ha sido considerado como pactado para permitir a Argel salvar la cara. Más perplejidad ha provocado la noticia del segundo ataque en territorio no reivindicado por el Frente Polisario.

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