Estuvo clínicamente muerto en la enfermería
Esta madrugada ha sido operado de nuevo en el hospital Primero de Octubre, donde fue ingresado
El banderillero Antonio González, El Campeño, gravísimamente herido en el cuello por el cuarto toro de ayer en Las Ventas, estuvo clínicamente muerto durante 20 segundos en la enfermería de la plaza. Una vez operado allí, pasó a la unidad de cuidados intensivos del hospital Primero de Octubre, de Madrid. Pasadas las dos de la madrugada, entró de nuevo en el quirófano, y al cierre de esta edición los médicos que le atienden estaban interviniéndole quirúrgicamente.
El peligro de un desenlace fat2d no desaparecerá hasta transcurridas 48 horas desde la cogida; pueden quedarle algunas secuelas en el cerebro, que se quedó sin oxígeno durante este paro, según manifestó el doctor Máximo García Padrós, que le operó en la enfermería de la plaza de toros.
A su llegada al hospital, pasadas las once de la noche, fue soniendo a un scánner por el doctor García Padrás, quien informó tras el ingreso del herido en la UCI: "Ahora, una vez superado el paro cardiaco hipovolémico de la operación e ingresado aquí, ha pasado lo más dramático, pero el peligro de un fatal desenlace continuará hasta pasado mañana". Mientras introducían la camilla, González intentaba quitarse el suero y los vendajes, como había venido haciendo en la ambulancia.
Pilar Sánchez, esposa de González, su cuñada Teresa Ferrer y otros familiares sufrieron unos auténticos momentos de angustia al llegar a las 10 y media al Primero de Octubre, procedentes de Las Ventas, y encontrarse con que el banderillero no había llegado todavía, contrariamente a lo que se les había informado en la enfermería. "Pensamos lo peor, que había muerto por el camino", afirmaba Ferrer, .y regresamos a Las Ventas, desde donde salía en ese momento y ya nos vinimos con él". Se quejaba del mal trato que: sufrieron en la recepción del hospital al preguntar por su cuñado.
Su mujer, incapaz de hablar
Pilar Sánchez, visiblemente emocionada y con lágrimas en los ojos, era incapaz de articular palabras y sólo de vez en cuando se le escapaba entre sollozos: "Pobre Antonio, pobre Antonio". Teresa Ferrer, de profesión enfermera, daba serenidad a todos y explicaba que era la primera vez en su vida que iba a los toros: "Y la última", añadía. La mujer del banderillero iba en algunas ocasiones, pero también era la primera oportunidad que veía actuar a su marido.
Cuando trasladaron a Gorizález a la enfermería, éste dejó un tremendo reguero de sangre y empapó las ropas de los que le llevaban. Allí hubo momentos de confusión, pues el chófer de la ambulancia no aparecíó en un principio y fue necesario ir dos veces a por sangre y plasma a una clínica de la Cruz Roja, sita en la distante calle General Oráa. El conductor del coche policial que precedía a la ambulancia y, a la que perdió por el camino, llegó sudoroso y afirmando que no le había importado jugar se la vida por las calles de Madrid: "Lo importante es que sirva, Dios mío, que sirva".
Una vez finalizada la corrida los diestros José Luis Bote y Joselito pasaron a la enfermería parIL interesarse por González Bote se marchó, tras consolar a los familiares. Joselito se quedó, vestido con el traje de luces, hasta que finalizó la operación. El diestro se quejaba del gafe que le per,sigue en esta plaza últimamente: "En 1987 fui yo el herido grairísimamente en el cuello y ahora le ha tocado a él".
En ningún momento nadie de la empresa apareció para dar información a los periodistas que aguardábamos. El vicegerente, Francisco Laguna, ordenó que salieran los periodistas de la antesala, órden que se cumplió, a excepcion de un informador de televisión y un crítico taurino.
Antonio González, nacido en Camporreal (Madrid) hace 45 años, intentó ser novillero, hasta que lo dejó para hacerse banderillero. Fué temporalmente en la cuadrilla de El Cordobés y en la de muchos otros espadas. Este año entró como tercer peón en la cuadrilla de Joselito, para lo que pidió una excedencia en su trabajo de chófer en la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid.
El parte médico facilitado al término de la operación a que fue sometido en la enfermería dice: "Herida en cara anterior del cuello con una trayectoria ascendente de 15 centímetros, que produce arrancamiento de la arteria carótida externa, venas yugulares y músculo esternocleidomastoideo, contusionando tráquea, esófago y suelo de la boca, con rotura de glándula parótida. Ingresa en quiráfano con shock hipovolémico y parada cardiorrespiratoria. Se realizan maniobras de reanimación cardiorrespiratorias y quirúrgicas. Durante la in tervención ha precisado de 2.500 centímetros cúbicos de sangre".
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