_
_
_
_

Los signos de nuestro tiempo

No queda claro que mayoritariamente el público que acude a estas salas vaya en busca de una actuación concreta. En muchas ocasiones su elección se limita a la copa nocturna, a la desintoxicación a través de vapores etílicos en un bar de moda. Es un espectador que ha huido voluntariamente del corsé de los rígidos patios de butacas, del teatro tal y como éste se entiende. Seguramente este espectador también ha huido de lo que considera literatura densa, música plasta, pintura oficialista o tertulias intelectuales.Son los signos de nuestro tiempo, y la evidencia es total a la hora de constatar que esas miles de personas que, día tras día, sin excepción, Denan la noche madrileña, quieren y desean rendir culto y pleitesía a la inmediatez. Vienen o han crecido en tiempos llenos de densidad, de compromiso. Ahora necesitan ser buscadores de imágenes efímeras y a este tipo de teatro, cuya permanencia cualquiera pondría en duda, no se le puede negar frescura, proximidad y una intencionada novedad viva y resultona.

Más información
El 'Off-Fuencarral' de la noche madrileña

Encontrar calidad no parece ser fácil, y estos regentadores de bares se lanzan por los vencuetos más insospechados a la búsqueda y captura de estas alternativas escénicas: "Cuesta mucho encontrar cosas válidas", comenta Pedro Sahuquillo, director, junto con Víctor Claudín, de la Sala Elígeme. "Buscarnos hasta en la calle, el Retiro o cabarés ínfimos". Pero la fórmula les gusta e insistirán en ello: "Es una nueva forma de ver el teatro, de que éste vaya en busca de un nuevo espectador y le lleve a un contexto más vivo y más moderno". Y añade Sahuquillo: "Hay que apostar por este nuevo teatro sin descartar el otro, y estamos consiguiendo que gente muy creativa pueda dar salida a su trabajo y haga cosas pensando en estos circuitos".

Lo cierto es que frente a la desolación que presentan algunos teatros comerciales, y más excepcionalmente los de la Administración, estos espacios se abarrotan a diario y de ellos surgen nombres que posteriormente dan el salto a un teatro formal que les acoge con los brazos abiertos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_