Sampaguitas para el presidente
Cuando el presidente del Gobierno español, Felipe González, llegó a Manila fue recibido con to,dos los honores en el aeropuerto Benigno Aquino por la presidente de Filipinas. La carismática Corazón, Cory, Aquino le acompañó acto seguido hasta el hotel Manila, donde Lara, una niña hispano-filipinal le colocó un cofiar de sampaguitas, las aromáticas flores filipinas preferidas por Cory Aquino y los filipinos.
Así comenzó la entrada en Manila, con buen pie, del presidente del Gobierno español, a pesar de que circulasen comentanos en algunos medios periodísticos filipinos empeñados en destacar los abusos a que son sometidas las filipinas en España o la existencia de una campaña antifilipina en la Prensa española.
En la jornada de ayer, el primer acto oficial de González en Manila consistió en depositar una corona de flores ante el monumento a José Rizal, el héroe nacionalista filipino que fue fusilado por los colonizadores españoles el 30 de diciembre de 1896, horas después de escribir su histórico poema Mi último adiós, en pro de una patria filipina que, en realidad, no alcanzaría la plena independencia hasta 1946, tras medio siglo de la colonización estadounidense que sucedió a la española. Por vez primera en la historia, un presidente español honra la memoria de Rizal, en un gesto que debería borrar de una vez por todas los viejos clichés argumentados aún por algunos comentaristas de la Prensa filipina que parecen ver ante cualquier nuevo paso en la cooperación entre ambos países poco menos que el inicio de un proceso neo-colonizador.
Visita a Malacañang
A continuación, González visitó el palacio de Malacañang, sede de una presidenta filipina que, en realidad, ha querido dar un' enfoque totalmente distinto a la época fastuosa y corrupta de la presidencia de Ferdinand e Imelda Marcos, dejando el recinto palaciego sólo para recepciones oficiales y utilizando una discreta casa aneja para montar su oficina de trabajo.
Malacañang es un palacete construido por un adinerado militar español de la época colonial.
El presidente González visitó ayer también las instalaciones de la compañía hispano-filipina Tabacos de Filipinas, la única empresa española importante con intereses en aquel país y que fue propietaria de la plantación azucarera de Tarlac, actualmente propiedad de la familia de Cory Aquino.
Felipe González se aloja en el histórico hotel Manila, centro de la vida social filipina durante más de 75 años.
González verá en Manila las tradicionales calesas, tiradas por caballos, casi iguales a las de la Manila colonial, pero que han sido actualmente sustituidas por miles de coloridos jeepnees para el transporte de pasajeros. No verá, lamentablemente, los focos de pobreza de un país sangrado en gran parte por la corrupción de la dictadura de los Marcos y que, quizás, sería un buen ejemplo para decidir al Gobierno español para conceder mayor ayuda financiera a la nueva democracia filipina.
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