El acceso de España en 1989 a la presidencia de la CE provoca un reajuste de altos cargos

Los preparativos para la presidencia española de la Comunidad, que comenzará el 1 de enero próximo, fuerzan un reajuste de altos cargos de la Administración, que quizá incluyan algunos cambios en el Gobierno. El final del mandato del gobernador del Banco de España, en junio, así como el de los comisarios españoles en la Comunidad Europea, a finales de año, constituyen las piezas principales, cuyo relevo ha abordado ya el presidente del Gobierno, Felipe González, según algunos de sus más cercanos colaboradores.

El Consejo de Ministros del pasado 6 de mayo estudió por primera vez el calendario y los preparativos para la presidencia española de la Comunidad Europea. Ese estudio sirvió para descartar definitivamente la convocatoria de elecciones legislativas en coincidencia con las europeas -previstas para junio de 1989-, lo que anunció el propio Felipe González en su conferencia de prensa de ese mismo día.España formará parte, a partir de julio próximo, de la troika comunitaria -constituida por la presidencia saliente (República Federal de Alemania), la entrante (Grecia) y la siguiente (España)-. En otoño se discutirá la presidencia de la Comisión Europea y la composición de la misma, asunto que afecta a los comisarios españoles. Y a partir de enero próximo se celebrarán en Madrid 14 o 15 reuniones informales del Consejo de Ministros de la CE bajo la presidencia de España, además de los Consejos formales, que se realizarán en Bruselas.

La más importante operación interna del Gobierno afecta a la coordinación de los departamentos ministeriales en relación con la Comunidad Europea. El equipo de asesores del presidente se encuentra sumido desde hace meses en la coordinación de dispositivos del Gobierno afectados por una mayor implicación en los engranajes comunitarios.

La intensa dedicación del presidente del Gobierno, Felipe González, a las tareas comunitarias, podría revalorizar el papel del número dos del Gobierno, Alfonso Guerra, en la política. interna. Altos cargos del PSOE creen que Guerra prepara el diseño de un nuevo equipo de Gobierno listo para ser presentado a González en caso de que éste tome la decisión política correspondiente.

A su vez, el Ministerio para las Administraciones Públicas, que dirige Joaquín Almunia, ha preparado el soporte técnico que podría servir a una modificación de la estructura del Ejecutivo, también en previsión de una eventual decisión política. El citado departamento dispone de estudios teóricos para reorganizar la Administración por módulos en lugar de la actual estructura de ministerios. Ello supone fijar los servicios mínimos y el aparato operativo de cada administración sectorial (desde el Turismo y el Comercio hasta la Pesca), lo cual facilita cualquier decisión del presidente en el sentido de refundir, ampliar o reducir el número de ministros.

Esa modificación está relacionada también con el intento de constituir un aparato central muy fuerte al frente de los problemas relacionados con la función pública, que libere a los ministros del desgaste político ocasionado por los problemas de personal, como el que actualmente enfrenta al titular de Educación y Ciencia, José María Maravall, con los profesores de la enseñanza pública. Y que permita al mismo tiempo -según los autores de la reforma- establecer un diálogo más regular y organizado con los sindicatos de funcionarios. Pero da la impresión de que esta parte de la reforma no está madura.

La posibilidad de una crisis en el plazo de pocas semanas ha sido alimentada por comentarios de altos cargos del Ejecutivo, al amparo de los escasos datos que se han filtrado acerca de los preparativos para la presidencia comunitaria. En esos mismos círculos no se descarta la posibilidad de que el presidente del Gobierno aproveche para resolver problemas pendientes en su Gabinete. Mientras tanto, el jefe del Ejecutivo guarda silencio, pero no ha dado el rotundo mentís de otras veces a las insinuaciones al respecto.