Oteiza, "ejemplo de pasión creadora", premio Príncipe de Asturias de las Artes
"He perdido toda ilusión por el país, por todo", declara el escultor vasco
, El Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1988 fue concedido ayer al escultor vasco Jorge Oteiza, de 80 años. Con este galardón, el jurado premia tanto la singularidad de su arte como la actitud ética de Oteiza, cuya vida se propone como "ejemplo de pasión creadora". El premio está dotado con dos millones de pesetas y la reproducción de una escultura de Joan Miró. En tono irónico, el escultor declaró ayer en Bilbao: "Ha sido una sorpresa tremenda. ¿Pero cómo iba a creer que me iban a dar un premio? Un premio a un cadáver".
El jurado, formado por Francisco Calvo Serraller, María del Corral López-Dóriga, Luis Gómez-Acebo, Manuel Martín Ferrand, Artur Nobre de Gusmao, Miguel Oriol de Ybarra, Antonio Pedrol Rius, Manuel Rivera, Leopoldo Rodes Castañé, Luis Ángel Rojo Duque, Miguel Santústegui y Manuel Fernández de la Ceda, decidió por mayoría la concesión del galardón al escultor vasco entre las más de 30 candidaturas presentadas, de las que sólo tres llegaron a la final: el arquitecto Félix Candela, el pintor Antoni Tápies y el propio Jorge Oteiza.En su fallo, el jurado destaca en Oteiza su condición de "artista singular, cuya fidelidad a los lenguajes de vanguardia ha determinado no sólo una forma nueva y necesaria de pensar en el espacio, sino una actitud ética de notoria influencia". Valora, asimismo, "su escultura, sus ensayos de arte, estética y antropología, su obra poética y su búsqueda constante de nuevas perspectivas para la integración y redefinición de las artes", por todo lo cual "la vida de Oteiza es un ejemplo de pasión creadora".
El crítico de arte Francisco Calvo Serraller, miembro del jurado, manifestó que Oteiza es mucho más que un escultor. "La reflexión sobre la creación y el lenguaje es esencial en Oteiza, así como su influencia en las nuevas generaciones de artistas".
El pintor Manuel Rivera confesó su admiración por la actitud ética del premiado, amén de la valoración de su obra plástica. "En 1958 me confesó en su estudio que la escultura se le deshacía entre las manos. Y yo comprendí que su decisión de abandonar la actividad escultórica era irrevocable. Tuvo la honradez de enfrentarse a sí mismo".
"Es un premio al pasado"
El premio Príncipe de Asturias de las Artes fue concedido en anteriores ediciones al director Jesús López Cobos, al escultor Pablo Serrano, al pintor Eusebio Sempere, al Orfeón Donostiarra, al pintor Antonio López, al cineasta Luis García Berlanga y al escultor Eduardo Chillida.
La noticia del premio le cogió de sorpresa a Jorge Oteiza dentro de un automóvil que le con ducía a. Bilbao desde su querida Navarra, informa Pilar Luengo. Para Oteiza, el premio ya no supone nada para el arte vasco: "Es un premio al pasado, pero la juventud tiene la obligación de ser responsable de tener esperanzas con el país, con el futuro. Yo soy responsable de no tener esperanzas de ninguna clase, y si mi fracaso puede servir de aliciente... Aquí hemos pasado de una dictadura a una mediocridad cultural y yo no sé cómo puede ser remontada por los jóvenes, pero tened esperanza. Tenéis la responsabilidad de tener esperanza".
El galardón antecedió en un día a la celebración de sus bodas de oro matrimoniales, que se cumplen hoy. "No son unas bodas de oro, son de madera porque la madera es combustible y estas bodas tienen que ser ardientes para que duren". Oteiza volvió a hacer gala de su pesimismo: "He perdido toda ilusión por el país, por todo. A mi edad me queda poco tiempo, y me interesan los problemas de la filología indoeuropea y la escritura. Me hice escultor mirando al cielo y quiero acostarme en la hierba, descansar y mirar al cielo y recuperar la ingenuidad infantil".
Babelia
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