Críticas a la política de contrataciones

La política de la Generalitat en relación a la contratación de funcionarios ha sido especialmente criticada por los partidos de la oposición, que han denunciado numerosos casos de supuesto amiguismo. Las acusaciones se han dirigido, básicamente, hacia dos tipos de contrataciones: por un lado, las de personas vinculadas por familia o amistad a dirigentes de la propia Generalitat; por otro, a la obtención de la categoría de funcionario por parte de altos cargos de responsabilidad política. Fuentes del Departamento de Gobernación restan importancia a estos casos, aunque admiten que "algunos accesos a la condición de funcionario no han sido demasiado oportunos al ser los afectados, en ese momento, responsables del mismo servicio en el que ingresan, pero en todo caso se ha tratado de simples coincidencias en el tiempo, sin ningún tipo de irregularidad".También afirman que el hecho de que un mismo Gobierno (el de CiU) haya tenido el poder durante la construcción de la Administración catalana "no ha tenido incidencia en la composición ideológica del funcionariado, porque hay gente de todas las tendencias".

Falta eficacia

Sindicatos y oposición opinan, por el contrario, que los mecanismos de contratación no son todo lo formales, transparentes e igualitarios que debieran ser. Pero el equipo directivo de la función pública quiere ir más lejos y desprenderse al máximo de los sistemas habituales de ingreso en el funcionariado, en el convencimiento de que "Ias oposiciones no son el método ideal, dado que suponen sacrificios muy duros que tienden a compensarse después, una vez obtenida la plaza y cuando hay que empezar a trabajar, con un gran relajamiento, como si lo único importante fuera ingresar y no el trabajo posterior". "Las oposiciones", añaden las mismas fuentes de la Generalitat, "son un mecanismo que prima los criterios de igualdad y legalidad pero no los de eficacia".Otro aspecto de la política laboral, en el que hay mayor coincidencia entre el Gobierno de la Gencralitat, la oposición y los sindicatos, es la escasa diferencia, en la práctica, entre funcionarios y personal contratado. Medios de Gobernación señalan que Ia eficacia no se obtiene por la via de primar a los contratados sobre los funcionarios o al revés, sino mediante estímulos profesionales y económicos correctamente establecidos que compensen la inevitable tendencia de la Administración a relajarse dado que, a diferencia de las empresas, no tiene competencia posible".

Las mismas fuentes de Gobernación consideran que "falta muchísimo por hacer en lo referente a eficacia y al buen trato al administrado, pero eso es una tarea lenta, de varias legislaturas".