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Las policías europeas investigan las conexiones de los traficantes de cocaína detenidos en lrún

La policía española y sus homólogas europeas investigan las conexiones internacionales de la red de traficantes de cocaína desarticulada parcialmente el pasado sábado en la localidad guipuzcoana de Irún en la operación en la que fueron incautados 1.000 kilos de esta droga procedentes de Colombia. Todo parece indicar que los cuatro detenidos pertenecen a una red internacional dedicada al tráfico a gran escala, que ha elegido el País Vasco como plataforma para la distribución de la droga a sus terminales europeas.

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Los detenidos, el colombiano Julián Giraldo Martínez, de 33 años; el español residente en el País Vasco francés José Tortosa Jiménez; la esposa de este último, y el agente de aduanas de Irún Javier Lecuona Aldanondo, de 43 años, serán puestos hoy mismo a disposición del juez de San Sebastián Juan Piqueras.Fuentes policiales, que atribuyen a Julián Giraldo el papel de máximo responsable de este grupo, afirman que los detenidos disfrutan de asistencia jurídica. La policía sospecha que el colombiano, de 33 años de edad, era el presunto delegado del denominado cártel de Medellín, encargado de supervisar la distribución en España y Europa de los 1.000 kilos de cocaína incautados el pasado fin de semana en la lonja de la localidad de Irún.

Julián Giraldo llegó el pasado 19 de abril al aeropuerto de Madrid-Barajas y el 26 del mismo mes fue detectado en un hotel de San Sebastian por la policía, aunque poco después desapareció. La Brigada Judicial volvió a localizar a Giraldo el pasado día 2 y desde ese momento le sometió a vigilancia, al sospechar su presunta implicación en una red de traficantes.

Las mismas fuentes indican que la cantidad de droga incautada en la calle de Pello Bixente de Irún superó ampliamente las previsiones de los propios policías que llevaron a cabo la pesquisas. El juez Piqueras dirigió la investigación de una manera muy directa y estuvo presente en el momento en el que se localizó la tonelada de cocaína. La detención de Javier Lecuona, copropietario de la empresa de aduanas Hermanos Lecuona, ha provocado estupor y malestar entre los agentes de aduanas de Irún.

El presidente de la Federación de Agentes de Aduanas de esta población fronteriza anunció ayer su propósito de convocar una asamblea urgente del gremio para evitar que la detención de Javier Lecuona llegue a empañar la imagen profesional del colectivo. La lonja alquilada por Javier Lecuona, en la que se localizaron los 1.000 kilos de cocaína, no pertenece a la empresa Hermanos Lecuona, según indicaron ayer fuentes cercanas a esta entidad.

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Una familia muy conocida

Javier Lecuona Aldanondo pertenece a una familia de agentes de aduanas muy conocida en Irún. Casado y padre de dos hijos, el detenido está considerado en los ambientes que frecuenta como una persona extrovertida y muy simpática. La policía asegura que el viernes pasado, día 6, José Tortosa, natural de Almansa (Albacete), vecino de Irún durante muchos años, y últimamente residente en el País Vasco francés, entregó a Javier Lecuona dos emisores receptores portátiles para que pudiera burlar un eventual seguimiento policial.La lonja en la que se ocultaban los 1.000 kilogramos de cocaína está alquilada a nombre de Lecuona. Tortosa fue capturado cuando iba al volante de un coche que supuestamente iba abriendo paso a una furgoneta, alquilada en Ávila, conducida por el colombiano Giraldo. Dentro de este último vehículo fueron descubiertos 50 kilos de cocaína, que habían sido retirados poco antes de la lonja situada en el barrio de San Miguel, en Irún.

La droga será quemada hoy en el horno de la residencia sanitaria de San Sebastián, una operación que exigirá muchas horas, dados los requisitos de pesaje y comprobación que requiere esta clase de diligencias.

La incautación de esta partida de cocaína, la mayor requisada hasta ahora en Europa, se produce dos semanas después de que la Guardia Civil se apoderara en Hondarribia de 1.188 kilos de hachís. Este mismo cuerpo policial se apoderó el pasado año en Guipúzcoa de seis kilos de heroína y desarticuló una red de distribución de esta droga que operaba en el País Vasco.

La sección de estupefacientes de la policía se incautó a lo largo del año pasado de casi 20 kilos de cocaína en Guipúzcoa, 6,5 en Vizcaya y 0,14 en Álava. Según su informe estadístico anual, en 1987 este mismo servicio policial requisó 3,5 kilos de heroína en Guipúzcoa, 4 en Vizcaya y 0,16 en Alava.

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