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El Año del Cine busca el fin de la dependencia europea de la producción audiovisual estadounidense

Con motivo del estreno de El Dorado, fue presentado en Madrid el programa del Año Europeo del Cine y la Televisión, que preside la ministra francesa Simone Veil. Este programa está promovido por la Comisión de Cultura CE, cuyo titular es el italiano Carlo Ripa di Meana, y es parte del programa comunitario Medidas para el Estímulo del Desarrollo de la Industria Audiovisual (MEDIA), proyecto cuyos objetivos son el aumento sustancial a medio y largo plazo del consumo de cine y televisión europeos en Europa (hoy dominado por la producción estadounidense) y la creación de incentivos destinados a aumentar la oferta audiovisual europea fuera de Europa.

Mediante la plataforma propagandística y política ofrecida por este recién inaugurado Año Europeo del Cine y la Televisión, el programa MEDIA ha movilizado sus ambiciones y ha comenzado a acercarlas a los hechos. El objetivo de la iniciativa es equilibrar la correlación entre la oferta y la demanda europeas de productos audiovisuales, que en la actualidad es muy insatisfactoria para los mercados de los países comunitarios.Estimaciones recientes indican, en efecto, que la oferta audiovisual europea tan sólo cubre un 10% de la demanda. Esto quiere decir que no menos del 90% del consumo audiovisual europeo se abastece de la producción exterior, principalmente de Estados Unidos. El enorme volumen de trabajo especializado y de inversión financiera que contiene esta desproporción entre oferta y demanda se desvela con sólo enunciar que el consumo audiovisual en los países comunitarios es estimado en no menos de 120.000 horas anuales, con tendencia al crecimiento.

Esto supone que los países de la CE importan más de 100.000 horas anuales de mercancía audiovisual. La traducción en cifras monetarias de este volumen de consumo audiovisual comprado por Europa tiene, por tanto, magnitudes astronómicas. Y es de ahí, de la envergadura económica, técnica y laboral que encubre esa enorme cifra deficitaria, de donde la plataforma del Año Europeo adquiere su fuerza: la Europa comunitaria está perdiendo mucho en un terreno en el que tiene mucho que ganar.

Abonar el terreno

Por ello, tanto el programa MEDIA como este recién inaugurado Año Europeo del Cine y la Televisión traspasan la barrera de lo artístico para convertirse en un asunto económico y político de primera magnitud e importancia creciente. La gestión del ex ministro de Cultura frances Jack Lang y las propuestas de especialistas, como Jeremy Isaacs, director del Channel 4 de la televisión británica, son algunos de los desencadenantes de este intento de toma de conciencia europea.

En efecto, el Año Europeo tiene un diseño más orientativo que operativo. Se destina a concienciar a los medios industriales y de comunicación para que estimulen el crecimiento de una mentalidad -hoy casi inexistente si se tiene en cuenta que los consumidores europeos aceptan como natural su dependencia de la producción audiovisual norteamericana- que permita clarificar la creciente importancia cultural, económica y política de esta rama de la creatividad. De ahí que el objetivo del Año Europeo sea el análisis de las situaciones de las industrias de cada país comunitario y que tales análisis estimulen a poderes públicos y a profesionales para aumentar sustancialmente en los próximos años la producción europea de cine y televisión.

Jornada simbólica

Para ello los organizadores del Año Europeo han planeado una serie de actos, entre los que se cuenta una jornada simbólica, con fines eminentemente publicitarios, que se celebrará en toda la CE el próximo día 16 de junio y en la que las proyecciones de filmes europeos se harán a precios reducidos o gratuitamente.

Esta jornada será la antesala de una serie de debates entre expertos en la creación, producción y comercialización de los productos audiovisuales, que culminará a finales de noviembre con una reunión de los ministros de Cultura del Consejo de Europa, destinada a coordinar y canalizar las propuestas legislativas que surjan de estos debates y que sean susceptibles de traducirse de palabras en hechos.

En diciembre, y como colofón protocolario del Año Europeo, está prevista una gala, que será televisada a todos los países comunitarios, en la que se premiarán las mejores películas europeas del año y se abrirá la puerta a la fundación de una Academia Europea de Cine y Televisión, complementada por un Instituto Europeo de la Imagen, cuya sede será Barcelona. Para ambas instituciones se destinan funciones permanentes de análisis y divulgación, es decir, de mantenimiento en Europa de la llama encendida por este su año cinematográfico y televisivo.

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