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Descubierta en Cantabria una red de contratación ilegal de leñadores portugueses

Una red de ocupación ilegal de leñadores portugueses acaba de ser descubierta en Cantabria. Diez trabajadores relataron, antes de ser devueltos a su país, que habían trabajado en condiciones extremas de explotación. Dos contratistas de la madera, Bernabé González Sarabia, avecindado en Guriezo, y Juan José Talledo, de Villaverde de Trucíos, fueron denunciados por el asunto.

La denuncia se realizó ante la comisaría de policía de Bilbao, donde la titular del Juzgado de instrucción número 5 tomó declaración a los denunciados y a los trabajadores contratados ilegalmente; éstos se ratificaron en todo lo que habían contado en la comisaría. Las primeras actuaciones judiciales, al declararse incompetente la juez de Bilbao, acaban de pasar al titular del Juzgado de Laredo (Cantabria), Fernando Andreu, por pertenecer a su jurisdicción.Los requisitos para la obtención de permiso de trabajo en España, no sólo para los ciudadanos portugueses, sino para todos los de la CE, se han endurecido en el curso de los últimos meses para empleadas de hogar, camareros y taladores de montes. Para obtener el correspondiente permiso de trabajo ha de presentarse el visado de entrada.

Los 10 jóvenes traídos por Talledo, beneficiándose de una subcontrata que le había cedido Bernabé González, declararon haber recibido en sus pueblos la visita del patrón, que les prometió pagar 2.500 pesetas diarias durante los primeros días y 1.000 más después de que en los montes de Cantabria que iban a talar adquiriesen una cierta experiencia profesional. Los trabajadores se alojaron en miserables cabañas situadas en pleno monte, trabajaron de sol a sol con hora y media de descanso para tomar un trozo de tocino y algo de pan. Además nunca percibieron las cantidades ajustadas antes de entrar clandestinamente.

Consultado por este periódico, Bernabé González Sarabia, aparentemente bastante preocupado por lo ocurrido, declinó hablar sobre el tema y culpó a Talledo, con quien trabajaba por primera vez, del asunto.

Juan José Talledo, de 22 años, soltero, fue más comunicativo con el periodista en la habitación 317 de Cruces (Vizcaya), donde se repone de un accidente laboral. "Los portugueses", dice, "han mentido de cabo a rabo. Mientras estuvieron a jornal, antes de ponerse a talar por su cuenta, yo les pagué lo convenido, las 2.500 pesetas diarias al principio y 3.000 después. Eran chicos demasiado jóvenes (algunos entre 16 y 20 años) que bajaban del monte a suministrarse puntualmente al pueblo, donde tenían abierta una libreta de crédito".

La zona oriental de Cantabria y la limítrofe de Vizcaya son ricas en bosques de eucaliptos, muy codiciados por las empresas papeleras y de otro tipo. En ciertos casos toda una delicada maraña de contratas y subcontratas encubren situaciones como la ahora descubierta.

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