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Adiós a un símbolo

La huelga en la planta metalúrgica Lenin de Nowa Huta es, además de un gravísimo problema político para el régimen que amenaza con extenderse por Polonia, todo un símbolo de la bancarrota de la idea del desarrollismo socialista. Nowa Huta es una ciudad que se creó en tomo a los altos hornos Lenin en pleno estalinismo, como paradigma de población de nuevo tipo en el socialismo desarrollado y como antítesis de la vecina ciudad conservadora y católica de Cracovia.Es precisamente en esta ciudad laboratorio del socialismo, en esta concentración artificial del proletariado, donde ha saltado la chispa de lo que ya es la mayor prueba de fuerza entre población y régimen desde 1981.

La construcción de la planta se inició en 1950 con ayuda soviética. Nowa Huta fue creada como "ciudad sin iglesias", donde las ideas socialistas podían desarrollarse al amparo de la industria pesada y del mito del "hombre de nuevo tipo". El proyecto, como tantos otros, ha fracasado. Las iglesias no tardaron en aparecer y los trabajadores de este gran centro industrial, con mas de 35.000 obreros sólo en la planta siderometalúrgica, han llegado al límite de su paciencia.

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En la misma situación están millones de obreros polacos. Es el dilema del régimen. Si cede en Nowa Huta, puede enfrentarse a un ejército de emuladores. Si rompe la huelga, se arriesga al enfrentamiento directo con una población en la que la necesidad está eclipsando a la abulia.

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