El general Galvin teme que la salida de los euromisiles desmovilice a Occidente
El jefe de las fuerzas de la OTAN en Europa cree que Gorbachov es un hombre de buena voluntad
ENVIADO ESPECIAL, Pregunta. ¿No es contradictorio asegurar, por un lado, que el desafío militar soviético a la paz y a la libertad en Europa es mayor que nunca y aceptar, por otro, el acuerdo sobre la eliminación de los euromisiles?Respuesta. Como comandante militar a mí no me corresponde aceptar o no lo que deciden mis jefes políticos de la OTAN sino explicarles si puedo o no cumplir con mi misión en la nueva situación. Al asumir el cargo en junio formulé esta pregunta a todos mis subordinados, empezando por los 10 generales de cuatro estrellas bajo mis ordenes, y la respuesta fue sí. Después de estudiar la cuestión yo saqué la misma conclusión porque sí nosotros hemos renunciado a mucho los soviéticos también disponen de menos fuerza que antes. Cierto es que hemos perdido capacidad de disuasión pero la disuasión es muy difícil de medir con exactitud porque es ante todo psicológica.
P. ¿Teme usted que la satisfacción e incluso la euforia suscitada por el tratado sobre los euromisiles incite a los Gobiernos occidentales a reducir sus esfuerzos en materia de defensa?
R. Sí hay un peligro de desmovilización. El papel del militar es justamente el de advertir a los políticos de los riesgos que se vislumbran. Observo que desde que hace tres años Mijail Gorbachov llegó al poder todos los proyectos militares que estaban entonces en marcha siguen desarrollándose e incluso se han añadido algunos nuevos. No se ha reducido el esfuerzo militar soviético y, por consiguiente, el nivel de sus fuer zas armadas es igual o mejor que el que tenían antes.
P. Aunque así sea, ¿no considera usted preocupante que antes las propuestas de desarme partieran de Washington o Bruselas mientras ahora las iniciativas se formulan desde Moscú?
R. Sin duda es un problema. Pero muchas de las proposiciones que emanan de Gorbachov son viejas porque fueron hechas e incluso discutidas en los años sesenta pero ahora las desempolva y las presenta como nuevas. Nosotros en el Oeste deseamos vivir sin amenazas y estamos predispuestos a creernos que tenernos a un interlocutor diferente de sus predecesores. Ya no tenemos enfrente al rusky de antes, al que golpeaba la mesa con su zapato en la ONU, sino a un hombre de buena voluntad parecido a nosotros. ¡Que duda cabe que Gorbachov muestra una flexibilidad que no ha tenido ningún líder soviético en el pasado!
Modernización nuclear
P. ¿No les lleva a los occidentales su deseo de suprimir la amenaza a eludir problemas y aplazar decisiones, como ocurrió en la última cumbre de líderes de la OTAN, donde no fue fijada la fecha de modernización del armamento nuclear? ¿Cuándo necesita usted una decisión sobre la sustitución del viejo Lance, el único misil nuclear del que dispondrá la OTAN cuando se eliminen los demás?
R. Dieciséis líderes de otros tantos países llegaron a Bruselas a principios de marzo con diferentes ideas y en menos de dos días fueron capaces de aprobar dos documentos muy importantes que, acaso, podían haber sido más específicos, pero los jefes de Estado suelen adoptar textos generales que sus ministros se encargan de concretar. Estoy satisfecho con el resultado de la cumbre. Con tanta mayor razón que la modernización está en marcha desde Montebello -reunión del Grupo de Planes Nucleares en 1983 en Canadá- y no en balde hemos construido nuevos hangares para aviones cuyo equipo electrónico ha sido también mejorado al tiempo que introducíamos nuevas armas nucleares para la artillería. No hay prisa para sustituir al Lance. No urge porque ya disponemos de vehículos que podrían transportar al nuevo misil y de misiles que, una vez desarrollados, podrían ser el nuevo Lance.
P. ¿No cree usted que a medio plazo el principal problema con el que tendrá que enfrentarse la Alianza Atlántica será la tentación de EE UU de retirarse militarmente de Europa a causa de sus problemas presupuestarios?
R. Presiones en ese sentido han sido ejercidas por el Congreso desde hace 20 años. Pero puede que ahora el riesgo sea mayor. Los europeos deben consentir mayores esfuerzos en el marco de la OTAN pero también, a veces, en EE UU no se valora lo suficiente lo que ya hacen por la defensa atlántica, especialmente en el caso de Alemania Occidental. Como militar debo avisar que si nosotros reducimos el nivel de tropas estacionadas en Europa algunos países aliados seguirán nuestro ejemplo porque estarán convencidos de que nuestra decisión se basa en informaciones de espionaje sobre lo que sucede en el Pacto de Varsovia. La doctrina militar soviética tiene una gran fe en el ataque por sorpresa y éste es el mayor peligro que nos acecha. Cuantas menos fuerzas tengamos en primera línea menos preparativos del adversario requiere ese ataque, más difícil nos resultará preverlo y de menos tiempo dispondremos para ponemos en alerta.
P. A corto plazo su objetivo es la negociación con el Pacto de Varsovia sobre reducción de armas convencionales, pero ¿descarta usted a más largo plazo la opción triple cero?
R. No, no la descarto. Pero hay prioridades, y antes de hablar de nuevo de la eliminación de más armas nucleares tenemos que ver qué sucede con las convencionales. Ésta es la verdadera prueba de la sinceridad de un Gorbachov del que estoy seguro que ha tranquilizado a los jefes castrenses soviéticos explicándoles que con el acuerdo sobre los INF (euromisiles) ellos iban a perder más que los occidentales, pero asegurándoles de que se trataba sólo de un primer paso hacia la desnucleariz ación de Europa. Así se reevaluará el papel de sus fuerzas convencionales, que pueden atacar masiva y rápidamente sobre largas distancias y sin pausas. No en balde los militares soviéticos tienen mucha fe en sus fuerzas clásicas. El objetivo soviético es desnuclearizar el Viejo Continente y gracias a su predominio en materia convencional esperan poder ejercer una, tutela sobre parte del Oeste.
P. ¿Considera que la creciente cooperación militar bilateral entre Francia y la RFA puede socavar la OTAN?
R. Aunque se desarrolle al margen de la Alianza me parece que no porque, en definitiva, se enmarca en la defensa de Occidente. Nadie que conozca bien la historia de Europa en el último siglo puede pensar que el estrechanúento de lazos entre Francia y Alemania Occidental sea perjudicial.
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