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Cinco muertos y 17 heridos en Nápoles

Juan Arias

Una bomba de alto poder causó ayer cinco muertos y 17 heridos, algunos de ellos graves, al hacer explosión, poco después de las ocho de la tarde, en el centro de Nápoles, a las puertas de un centro recreativo para militares de Estados Unidos. A la hora de cerrar esta edición, el atentado antinorteamericano no había sido reivindicado.

Las primeras hipótesis relacionaban esta acción con algún grupo terrorista de Oriente Próximo, ya que hoy se cumple el segundo aniversario del ataque norteamericano contra Trípoli, en Libia. Y, aunque quizá se trate sólo de una coincidencia, algunos observadores subrayaron anoche también el hecho de que el atentado se ha producido el primer día de Gobierno de Ciriaco De Mita, el secretario general democristiano, nacido en Nusco, provincia de Avelino, a dos pasos de Nápoles. Y que acaba de nombrar ministro del Interior justamente a Antonio Gava, considerado el político con más poder en Nápoles, su ciudad natal.Al parecer, momentos antes de la terrible explosión, que hizo crujir los cristales de todos los edificios del centro de la ciudad, alguien había visto a un joven colocar algo debajo de un coche Fiat 127 blanco y salir corriendo.

La explosión se produjo delante del USO (United States Organization), un centro tipo pub que ofrece, además, asistencia a los marineros norteamericanos que pasan por Nápoles. Es un centro donde los marineros pueden beber, bailar y comprar objetos. Anoche, precisamente, el centro recreativo USO, situado en la callejuela estrecha de Calata San Marco, a dos pasos del Ayuntamiento y de un cuartel de las Guardias de Finanzas, estaba abarrotado, no sólo de militares sino también de sus esposas e hijos, ya que se celebraba una fiesta con motivo del atraque en Nápoles del cazatorpedero USS Paul.

Dos estadounidenses

Las primeras noticias sobre las víctimas, que, dada la afluencia al centro de familias de los militares, podían haber sido muchísimas más, hablaban de cinco muertos, entre ellos un marinero norteamericano y una mujer. Esta última -completamente desfigurada, con el rostro prácticamente carbonizado- y uno de los hombres, de color, destrozados por la explosión eran, al parecer, ambos estadounidenses. Los otros tres, y la mayoría de los heridos, eran napolitanos que pasaban por allí en aquel momento o que estaban a la puerta intentando vender relojes y quincalla a los militares norteamericanos. Precisamente entre los fallecidos figura un vendedor ambulante napolitano de 65 años.Al tener lugar la explosión, como dijeron por teléfono desde Nápoles a este corresponsal los redactores de Il Mattino, el diario de esa ciudad, se sintieron en el centro alaridos de dolor, y se vio una gran llamarada, mientras la gente corría despavorida.

Dada la circunstancia de la fiesta que se estaba celebrando y el lugar donde fue explosionada la bomba, la hipótesis más seria de los investigadores es que se ha tratado de un claro atentado antinorteamericano. Lo que no queda claro es quién lo ha llevado a cabo, y sobre todo por qué se lo ha querido hacer coincidir con el estreno del nuevo Gobierno De Mita, en Nápoles y cuando entraba en funciones como ministro del Interior Antonio Gava, representante de la familia napolitana con mayor poder en el mundo democristiano.

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El Pentágono no había hecho ayer ninguna declaración oficial, como tampoco el Gobierno, quien posiblemente está esperando conocer si habrá reivindicaciones y los resultados de la investigación abierta por la policía a los pocos minutos de la explosión de la bomba. Curiosamente, los días pasados se había comentado que había sido ésta la primera vez que en una crisis difícil e importante de Gobierno no había aparecido en la escena pública el partido del terrorismo.

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