El Banco de España liberaliza la salida de capital a corto plazo
El Banco de España, en un nuevo intento de frenar la acumulación de divisas que está teniendo lugar en los meses transcurridos de este año, ha liberalizado las operaciones de préstamo al exterior a corto plazo reduciendo el plazo mínimo de esas operaciones a una semana frente al anterior, que era de un mes. A finales del mes de febrero, el nivel de reservas de divisas superaba los 33.500 millones de dólares y las cifras provisionales del mes de marzo arrojan un crecimiento en torno a los 400 millones de dólares. La tendencia de los primeros días del mes de abril ha venido siendo similar, lo que ha provocado esta nueva decisión administrativa del Banco de España para tratar de descargar la tensión sobre los mercados de divisas españoles.
La presión sobre la peseta, que se ha mostrado más claramente en la apreciación de la divisa española respecto al marco, ha coincidido con la decisión del Reino Unido de reducir en medio punto los tipos de interés para intentar frenar la especulación sobre la libra esterlina. Todo ello podría significar que las autoridades económicas españolas mantienen la tesis de que los tipos de interés intemos españoles no deben sufrir bruscas reducciones, lo que permitiría también reducir las presiones sobre la peseta, y que son preferibles unas bajas más lentas y la adopción de medidas administrativas que dificulten la entrada de dinero caliente, unidas a unas mayores posibilidades de colocación de divisas en los mercados internacionales.
Internacionalización
A esto último responde la decisión de permitir ventas de divisas, contra pesetas convertibles, plazo a partir de una semana, mientras que hasta ahora estas operaciones debían tener una duración mínima de un mes. Así se espera que se produzca una relativa salida de dinero a corto plazo que compense, al menos en parte, las entradas que están teniendo lugar, al tiempo que se avanza en el proceso de liberalización del mercado de cambios español.Las fuertes entradas de divisas han provocado en el pasado año un elevado descenso de los beneficios del banco central alemán, como consecuencia de sus intervenciones en los mercados de capitales para mantener el dólar, mientras que el Banco de España -por su menor intervención y la distinta composición de sus reservas de divisas- no se ha visto tan afectado. Además, la cuenta de resultados del banco emisor se vio beneficiada por los altos tipos internos, lo que le permitió obtener unos beneficios muy superiores a los del año anterior, ya que durante la mayor parte del año prestó fuertes cantidades de dinero a las entidades que operan en España para tratar de evitar problemas de liquidez, dado el elevado grado de inversión que tenían.
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