Aún quedan clases...
"Estos piratas son harina de otro costal", afirmó ayer Christos Pelonis, controlador aéreo del aeropuerto de Larnaca (Chipre), donde, desde hace tres días, permence retenido el avión de la Kuwait Airways secuestrado el martes de la semana pasada.Después de 44 horas de diálogo con los piratas aéreos, los controladores chipriotas se interrogaban sobre la existencia de "una escuela de buenas maneras para secuestradores". "Estos piratas son totalmente diferentes. Mejor educados que otros, inteligentes, y menos impulsivos. Tienen sangre fría".
Éstas declaraciones hechas por Pelonis, que, junto a otro compaflero, ha mantenido un contacto permanente con los secuestradores del Boeing, no son del todo gratuitas. Hay que tener en cuenta que Pelonis ha sido especialmente entrenado para el seguimiento de secuestros y que está habituado a situaciones similares. De otra parte, los periodistas han notado también que los piratas del aire hablan un inglés perfecto, sin acento", y que se deshacen en cortesías al dirigirse a la torre de control.
Al parecer, uno de los piratas es ingeniero de vuelo, y ha desconectado todos los sistemas de alarma del avión desde que éste partiera de Bangkok hace seis días. Junto con sus seis compañeros de aventura, todos ellos jóvenes de entre 18 y 30 años, morenos y de rasgos árabes, de los cuales algunos hablan francés e inglés, no debió tener excesivos problemas al embarcar en el aeropuerto tailandés, ya que, según uno de los rehenes liberados en Irán, no hubo un cacheo individual y sólo debieron pasar bajo el arco de detección de metales.
Los secuestros de aviones están a la baja desde hace cinco años gracias a las medidas de seguridad instaladas en los aeropuertos internacionales de todo el mundo. Sin embargo, los terroristas responden con nuevas artimaflas, desde aprovechar la ingenuidad de algunos pasajeros, hasta las muy sofisticadas pistolas de material plástico indetectables por rayos X.
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