La dirección del caballo
Pekín galopa resueltamente hacia el desarrollo y la apertura económica
"Lo importante es la dirección del caballo", decía ante sus comensales extranjeros el presidente de la Corporación China de Importación y Exportación, Hu Deen, al explicar a los hombres de negocios occidentales durante una cena en el Gran Palacio del Pueblo que la reforma y la apertura económica china van en serio. "Luego", añadía, el ritmo del caballo siempre puede controlarse, pero lo importante es la dirección", confirmaba el político chino, al tiempo que señalaba hacia adelante con los largos palillos de plástico blanco que le servían para coger la comida.
La dirección del caballo marca actualmente en China casi una carrera al galope hacia adelante, con una serie de indicios y hechos que podrían definirse como la primavera de Pekín. Desde la economía hasta la política, pasando por una real kaifang (apertura), en lo definido por sus dirigentes como "la vía para la construcción de un socialismo a la China".Aunque nadie se atreve a prever el ritmo que marcarán los jinetes políticos de la kaifang, en Pekín sí recordaban los observa dores que la dirección parece inequívoca, y nadie habla ya de los eslóganes de hace un año por estas fechas, cuando los conser vadores chinos marcaban el paso de una campaña contra el liberalismo burgués. La China de esta primavera de 1988, a los 12 años de la muerte de Mao Zedong, está obsesionada por las pala bras desarrollo económico y apertura.
Una Asamblea reformista
Cuando las imágenes de la televisión china mostraron a varios diputados de la séptima Asamblea Popular Nacional (APN) levantándose para pedir explicaciones sobre la elección en la composición de los comités, sobre el futuro de Taiwán o sobre el proyecto de ley para votar los futuros cargos de miembros del Gabinete chino, los telespectadores reaccionaban un tanto incrédulos, al igual que cuando los periodistas de la televisión china preguntaban a la gente, en la plaza de Diananmen -ante la sede del Gran Palacio del Pueblo y con el mausoleo de Mao Zedong como testigo-, sus opiniones sobre la APN, abierta por vez primera, en sus sesiones plenarias y en muchos comités, a la Prensa china y extranjera. Los chinos que se atreven a comentar sus opiniones a los occidentales continúan siendo muy escépticos y cautos a la hora de valorar los cambios. Dudan, en muchos casos, que la gaige (reforma) económica vaya realmente acompañada de una flexibilización en la vida política y social."China podrá dejar de ser un día niaoísta o incluso marxista, pero difícilmente leninista", apunta un veterano periodista occidental con sede en Pekín, en su artálisis sobre las críticas del actual poder chino en liquidar la memoria de Mao Zedong -en particular, todo lo relativo a la gran revolución cultural-, pero dudando de que el potente Partido Comunista Chino (PCCh) abra realmente la puerta a la pluralidád en el rígido control del poder chino.
Para Li Xiannian, presidente saliente de la República Popular, Mao Zedong "se equivocó por su inclinación izquierdista". Para Xu Jiatun, miembro de la APN y representante de China en Hong Kong, "Mao adoptó políticas y medidas izquierdistas porque jamás había salido fuera". Para un diario de Shanghai, "hay que excluir el nombre de Mao en la nueva Constitución china". Para el potente Diario del Ejército de Liberación, los oficiales de las fuerzas armadas chinas abandonarán próximamente el traje Mao para vestir chaqueta abierta y corbata.
El actual poder político chino no parece dispuesto a frenar con cargas ideológicas la kaifang y la gaige, y si parece estar ávido de modernización y desarrollo. En esta séptima Asamblea Popular Nacional, los 2.970 diputados han continuado el proceso rejuvenecedor, tanto en hombres como en leyes. La media de edad de su miembros ha bajado considerablemente, situándose entre los 50 y los 60 años, y se ha dicho adiós a muchos de los veteranos diputados que vivieron la Larga Marcha junto a Mao Zedong.
La Asamblea ha eliminado o reformado ministerios en pro de una mayor eficacia, ha votado leyes para la inversión extranjera en China, la gestión de las empresas o la polémica ley sobre la propiedad del suelo, que abre nuevas vías, de tono capitalista.
A escala de símbolos, la apertura política china se muestra igualmente con la rehabilitación o la flexibilidad del potente PCCh hacia los hombres que fueron políticamente sacrificados en la campaña de los conservadores, a primeros del pasado año, surgida a raíz de las manifestaciones estudiantiles que pedían democracia en las calles de Pekín.
Hu Yaobang, el que fue secretario general del PCCh y a quien se consideró inspirador de las protestas estudiantiles, continúa presente en el Politburó, aunque sin cargos significativos. Liu Binyan, el periodista del Diario del Pueblo que se hizo famoso por sus reportajes contra la corrupción y abusos del poder, hasta ser expulsado de su cargo, prepara las maletas para la universidad de California, donde explicará la situacion china. Los nuevos mandarines del poder chino parecen ser tolerantes con sus disidentes.
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