El capital de las sociedades anónimas deberá ser de 10 millones

Las sociedades anónimas españolas contarán con un plazo de tres años y facilidades fiscales y arancelarias para constituir un capital social mínimo de 10 millones de pesetas, desembolsado de forma real, bien en efectivo o por aportaciones patrimoniales.Las nuevas exigencias de capital serán una de las transformaciones que tendrán que sufrir las sociedades españolas para adaptarse a la normativa comunitaria y se recogen en el proyecto de ley de reforma parcial y adaptación de la legislación mercantil a las directivas de la CE, acordado ayer por el Consejo de Ministros que también aprobó el contrato-programa de Renfe.

El proyecto de ley de sociedades anónimas, que será remitido a las Cortes, se detiene en una regulación minuciosa de las garantías que esas sociedades deben ofrecer en la vida económica, entre las que destaca la obligación de hacer pública la autocartera.

Para la protección de la integridad del capital se estipulan dos tipos de exigencias, una se refiere a normas contables apropiadas que sirvan para dar un fiel reflejo de la situación patrimonial de la sociedad que deberá hacerse pública mediante el depósito de las cuentas en el registro mercantil. Se regula además la contabilidad de los grupos de sociedades.

Igualmente se exigirá una publicidad real de los actos societarios más importantes. Para ello se creará un registro informativo central, conectado con todos los registros mercantiles de España que, mediante un boletín oficial, publicará los actos más importantes que se produzcan en la vida de los empresarios y sociedades inscritos. Para las empresas más importantes, este proyecto de ley impone la obligación de auditar sus cuentas, de acuerdo con lo establecido en. el proyecto de ley de auditoría de cuentas.

En cuanto al contrato programa de Renfe, el ministro de Transportes, Abel Caballero, afirmó ayer que supondrá "un avance importante del transporte ferroviario". En la rueda posterior al Consejo de Ministros, Caballero explicó que en el cuatrienio que abarca el plan "se va a cambiar el concepto de transporte ferroviario tradicional a otro de alta velocidad" con 1.000 kilómetros en los que se alcanzarán velocidades de 200 a 250 kilómetros por hora y con más de 1.500 kilómetros en que la velocidad será superior a 160.

Este contrato, que es el primer paso del Plan de Transporte Ferroviario, contempla una aportación del Estado de un billón cuarenta mil millones de pesetas a los que hay que añadir los 220. 000 millones que el Ministerio de Transportes destinará a la inversión.