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Adiós a Mao Zedong

ENVIADO ESPECIAL, Los oficiales del Ejército chino abandonarán el próximo verano el clásico uniforme Mao. Un diario de Shanghai quiere excluir el nombre de Mao Zedong de la nueva Constitución china. Y en Pekín y otras ciudades del país van desapareciendo las imágenes del padre de la revolución china a los 12 años de su muerte, en un clima de reforma económica que parece tener cada vez mayor influencia en el ensayo de apertura política."De Mao Zedong los nuevos dirígentes chinos desean eliminar cualquier símbolo que pueda recordar, sobre todo, la época de la revolución cultural", comenta un diplomático occidental con sede en Pekín. Y así parecen confirmarlo los hechos, tanto por las discusiones proaperturistas celebradas actualmente en Pekín en el seno de la séptima Asamblea Popular Nacional (APN) como por los comentarios de algunos influyentes diarios chinos.

El Diario del Ejército de Liberación publicaba en su edición del pasado domingo que los oficiales del Ejército chino cambiarán su tradicional traje Mao por un uniforme de tipo occidental, con americana abierta y corbata, más de acuerdo con los uniformes de los ejércitos modernos, según el diseñador Wang Yingbo, uno de los artífices de los nuevos uniformes, que Podrían entrar en uso a partir del 1 de octubre.

En lo político, el adiós a Mao lo sugiere, en su edición del lunes, el diario económico de Shanghai, The World Economic Herald, pidiendo en un artículo la eliminación del nombre de Mao Zedong en la Constitución de la República Popular de China. Argumenta el diario del mayor puerto chino que la Constitución es "la ley básica del país" y no un libro teórico, con lo cual debe excluirse cualquier mención a los méritos personales.

La actual Constitución, enmendada en 1982, momento de inicio real de la apertura china, bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, cita la obra de Mao Zedong en su preámbulo. Actualmente los 2.790 diputados de la séptima APN discuten la introducción de ciertas enmiendas a la Constitución, relativas en particular a las reformas administrativas para la gestión de las empresas, a las empresas mixtas con capital extranjero y al acceso a la propiedad de la tierra.

La APN se desarrolla, igualmente, en un clima de apertura inaudito en la historia de China. Con diputados que levantan su mano para pedir la palabra e intervenir en los debates -la mayoría transmitidos directamente en la televisión china y en presencia de periodistas extranjeros o con la aprobación el pasado sábado del nuevo código electoral, que da poder a los diputados para aprobar o rechazar el nombramiento del presidente, el primer ministro, los miembros del Gabinete, el presidente de la propia APN y el jefe de la comisión central militar, aunque todos los cargos cuenten con un sólo candidato, presentado bajo los auspicios del potente y único Partido Comunista Chino (PCCh). A nivel de símbolos, esta apertura china, impensable durante la época maoísta, se acompaña de una discreta liquidación de los vestigios visibles del maoísmo. Para los diputados de la APN queda aún, a la salida de sus reuniones en el Gran Palacio del Pueblo, el impresionante mausoleo de Mao Zedong, en la plaza de Tiananmen.

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