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Los cuadros de juventud

Francisco de Goya vivió en Aragón 30 años. Sin embargo, apenas hay obra de su primera época. Sólo El coreto de el Pilar, y la cúpula Regina martyrum; el resto de las obras sólo figuran como atribuidas.Carlos Barboza y Teresa Grasa llevan 10 años tras las huellas del Goya joven, y fruto de ese trabajo ha sido, además de las importantes restauraciones, el descubrimiento de al menos seis obras atribuidas a Goya. Durante este tiempo han estudiado el siglo XVIII aragonés. Su última restauración han sido las pechinas de la iglesia de San Juan del Real, de Calatayud.

Barboza y Grasa llamaron la atención sobre estas pechinas y se encontraron con que habían desaparecido, y en su lugar habían colocado "unos monigotes". Si fueron pintadas sobre tela es posible que ahora estén en manos de particulares.

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En los últimos años ha surgido en Aragón una especie de fiebre por el Goya joven. Carlos Barboza y Teresa Grasa creen que, "por prudencia, parte del patrimonio goyesco ha salido de Aragón como anónimo".

El catedrático Rogelio Buendía organizó en 1986 una exposición en el museo Camón Aznar, de Zaragoza, sobre Goya joven. Se expusieron unas 50 obras de Goya o atribuidas a él, así como de pintores de su época. Era la primera vez que se exponían varios de esos cuadros.

Desde que se descubre un cuadro atribuido a un pintor, hasta que se restaura y los expertos lo autentifican suelen pasar varios años.

Barboza y Grasa descubrieron en 1985 un retrato de Ramón Pignatelli, propiedad del Canal Imperial de Aragón, que aunque firmado por Narciso Lalana, resultó ser Goya. Lalana, un pintor y restaurador del siglo XIX, restauró dicho cuadro y luego lo firmó como suyo. El cuadro se halla en el Museo Provincial de Zaragoza.

Los profesores Buendía y Arnaiz hallaron en el verano de 1985 un cuadro atribuido a Goya en la ermita de Jaraba (Zaragoza). Tras la pugna entre el Ayuntamiento y la iglesia por la propiedad, fue entregado al Gobierno autónomo y depositado en el Museo Provincial. Barboza y Grasa lo han restaurado y se está pendiente de un informe y de ser expuesto. Los expertos no se deciden por atribuirlo plenamente a Goya.

Barboza y Grasa hallaron en julio de 1986, en Alagón (Zaragoza), un fresco de dos metros cuadrados atribuido a Goya. Ha sido restaurado. En diciembre de 1985 encontraron otra obra que atribuyeron a Goya en la iglesia de Esquedas (Huesca): una pintura al temple sobre lienzo de lino. Se ha dotado el lugar de medidas de seguridad.

En 1986 se hallaron otros dos lienzos atribuidos a Goya en la iglesia de San Felipe y Santiago, de Zaragoza. Están depositados en el arzobispado. Ese mismo año, en la iglesia de Cabañas (Zaragoza), encontraron un pequeño cuadro, de 32 centímetros por 26, con una cabeza de anciano. Ellos creen que se trata del padre de Goya y podría haber sido realizada a los 12 años; se halla en el arzobispado.

Otros hallazgos de Goya, de su primera época, son el autorretrato de cuerpo entero desnudo, descubierto entre los dibujos de academia de la Asociación Amigos del País, donde está depositado. Más recientemente, Lourdes Ascaso y Ricardo Ramón han descubierto, entre los fondos del museo de Huesca, un Goya y un Bayeu. El Goya ha sido trasladado al Museo del Prado para su restauración. Asimismo, Barboza y Grasa descubrieron en Ricla (Zaragoza), en un cuadro atribuido a Luzán, la mano de Goya. Este hallazgo les lleva a pensar que debe hablarse de escuela.

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