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EL VOLCÁN CENTROAMERICANO

El régimen de Noriega quiere abrir un diálogo amplio para superar la crisis

Fuerzas próximas al Gobierno panameño intentarán abrir el próximo lunes un diálogo nacional en el que participen todos los partidos políticos, la Cruzada Civilista, los sindicatos, el Ejecutivo, las Fuerzas de Defensa y la Iglesia. Los sectores de oposición más cercanos a EE UU rechazan esta invitación e insisten en la renuncia previa del general Manuel Antonio Noriega.La principal central de trabajadores, Conato, y el Frente Unitario Popular han invitado a todos los sectores para que acudan el lunes al centro de convenciones para discutir, sin orden del día previo, todas las opciones para sacar a Panamá de la crisis.

La festividad de la Semana Santa, la escalonada reapertura de los comercios, el aumento de la represión, el sentimiento de confusión que llega desde Washington y la reestructuración en el Ejército parece haber apuntalado a Noriega, y se percibe una tendencia oficial a olvidar la promesa de éste de abandonar su cargo como parte de una negociación entre panameños.

El ministro encargado de la presidencia, Manuel Solís, advertía el miércoles en una carta a la jerarquía de la Iglesia católica que no incumbe a ésta inmiscuirse en el cambio de ninguna autoridad civil o militar. Ese mensaje era respuesta a la solicitud de la Iglesia de que Noriega cumpliese lo antes posible su promesa de dejar la comandancia de las Fuerzas de Defensa.

Un 'nuevo Ejército'

Un alto oficial explicaba a EL PAÍS que la renuncia de Noriega está en función de cómo se realice el diálogo, qué partes participan y a qué resultados se llegue. "Siempre se puede decir que el general no puede irse porque el diálogo no ha alcanzado los frutos que se esperaban", advertía esta fuente, que representa lo que ya se empieza a llamar un nuevo Ejército, más cohesionado, más duro, más norieguista, fruto del relevo hace 10 días de un centenar de oficiales.

El arzobispo de Panamá, Marcos MacGrath, cuyo papel de mediador en el diálogo es objeto de discusión estos días, pretende que, para no estancarse en la situación actual, la salida de Noriega sea tratada como un punto de la eventual negociación. "Hay que sentarse sin que nadie ponga condiciones previas, y discutir el cómo y el cuándo de la retirada del general", dijo el obispo a la televisión panameña.

La Cruzada Civilista y otros sectores de oposición no están todavía convencidos de esa propuesta y se niegan al diálogo mientras Noriega se mantenga en el poder. Mientras tanto, el general aprovecha para intentar lavar su imagen. En su última intervención pública, el martes, en la que no dio la impresión de un hombre a punto de caer, dijo que EE UU ha gastado 70 millones de dólares (7.700 millones de pesetas) en la campaña contra él. "Pero con todo el dinero del mundo", añadió, "ellos no han podido poner de rodillas a este pueblo, a este comandante, a estas fuerzas armadas".

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