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FLAMENCO

Miscelánea de lo 'jondo'

Gitana de Bronce y Gabriel Cortés nuclean en tomo a ellos un grupo interesante de artistas gitanos. Ella baila poquito, pero canta con desgarro y pasión; no le pidamos sutilezas, canta a grito pelao, a veces agónico, sin darse un respiro. Puro temperamento, mucha raza. El es un cantaor serio, capaz de enfrentarse con solvencia a géneros tan difíciles como el martinete y la siguiriya. El Camborio tiene una voz con poderío y brillantez, que le sirve de maravilla para los cantes libres, como la malagueña con verdial; su versión de la caña, siendo buena, perdió, a mi juicio, profundidad, porque es un cante oscuro, al que no van esas voces; como tampoco le va la segunda guitarra, sino una sola, y lo más austera posible. Un electrizante baile por bulerías de Eugenio de Badajoz puso fin a esta sesión de buen arte gitano.Ángela Granados baila con soltura, especialmente en el juego de pies, en el tejer y destejer complicados taconeados, pero se queda en eso. Es un baile tópico, sin jondura, que no llega a emocionar. Talegón hizo su cante habitual en texitura altísima, a veces garganteando en exceso para mi gusto.

Veladas flamencas

Cante: Gabriel Cortés. Cante y baile:Gitana de Bronce y Antonio el Camborio. Toque: Pansequito Hijo y Bernardo Bronce.Baile: Ángela Granados. Cante: Talegón de Córdoba y Alfonso El Veneno. Toque: Diego Losada .Centro Cultural Chamartín, 23 y 24 de marzoFlamenco de hoy en la frontera Cante: Guadiana y Carmen Linares.Toque: Paquete y Pedro Sierra. Guitarra en concierto: Rafael Riqueni. Centro Cultural Galileo, 25 de marzo

Excelente la velada del Centro Cultural Galileo. Guadiana demostró conocimiento y fuerza, aunque en una línea quizá un tanto monocorde; el acompañamiento de su sobrino Paquete, muy elemental, no le ayudó demasiado. La guitarra de concierto tuvo en Riqueni un espléndido intérprete; de la complejidad de los toques mineros al rigor del compás en soleares o bulerías, pasando por guájiras, fandangos o alegrías, Riqueni se mantiene en sus composiciones fiel al modelo tradicional de los estilos; puede considerársele un clásico, con las ideas muy claras y una maravillosa capacidad para convertirlas en música flamenca. Carmen Linares fue, una vez más, esa cantaora admirable ante la que hay que rendirse sin condiciones; hace un cante casi siempre al hilo de la perfección, inobjetable, que en esta ocasión tuvo sus puntos culminantes en los tientos y la taranta y la cartagenera. Y atención a Pedro Sierra, su guitarrista, que con 21 años tiene ya una sorprendente madurez; a Carmen le hizo un acompañamiento ajustadísimo, delicado, ateniéndose a esa regla de que el cante y la guitarra deben mantener siempre un diálogo.

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