La falta de dinero radicaliza la protesta panameña

Panamá vivió ayer una jornada de numerosos paros y manifestaciones que rebasaron ampliamente el marco de la oposición conservadora agrupada en la Cruzada Civilista y anuncian una radicalización de la crisis que vive el país. Los empleados públicos, desesperados por no haber podido cobrar sus salarios, abandonaron sus trabajos para enfrentarse a la policía y exigir al Gobierno una solución. Algunos supermercados fueron asaltados en busca de alimentos y otros cerraron sus puertas por falta de seguridad. 0 el Gobierno saca una varita mágica para convertir las piedras en dólares o se avecinan para Panamá hechos que pueden escapar al control de todos.

Por primera vez desde el inicio de esta crisis, en junio pasado, estuvieron en la calle los trabajadores. Como consecuencia, los enfrentamientos fueron más intensos y violentos. En las puertas de la Caja del Seguro, Social -el mayor hospital de Panamá-, los empleados arrojaron piedras contra la policía hasta convertir durante un buen rato el lugar en un campo de batalla. En la noche del lunes, las protestas de los funcionarios del Ministerio de Educación sacaron, por primera vez, los disturbios de la zona bancaria para llevarlos hasta el centro popular de la ciudad, donde mucha gente arrojó objetos contra la policía.Todos los trabajadores por tuarios permanecen en paro, actitud que prometen mantener hasta que puedan cobran sus salarios. El secretario general del sindicato de los puertos, Luis Asprilla, se las vio y se las deseó ayer para contener la presión de los trabajadores que querían blo quear todo el tráfico marítimo, lo que indudablemente repercutiría gravemente sobre el del canal de Panamá, donde la situación por el momento es tranquila. Los trabajadores portuarios han advertido que si hoy no perciben sus sueldos recurrirán a medidas radicales. También han amenazado con sumarse a la huelga los trabajadores de la energía y de las comunicaciones, que podrían dejar al país sin luz y sin contacto con el extranjero si hoy no hay una solución al problema económico.

Asprilla asegura que el movimiento de su sindicato es "netamente laboral y no político". Otros trabajadores, aunque culpan directamente al Gobierno por su situación, afirman que su protesta no tiene nada que ver con la Cruzada Civilista. "No sabemos nada de todo eso; lo que queremos es que el Gobierno nos pague nuestros salarios, y si no, que se vaya", decía una empleada del puerto de Panamá.

Exportaciones paralizadas

Con esta huelga han sido paralizadas las exportaciones panameñas y se han visto bloqueados los barcos que, para cruzar el canal, necesitan cargar, descargar o abastecerse en puertos panameños. El Gobierno ha anunciado que en los próximos días podrá pagar los salarios, pero nadie sabe de dónde va a sacar el dinero ni qué medidas va a adoptar para obtenerlo. Lo que hasta ahora han estado ofreciendo las autoridades no satisface a nadie. Ayer se repartieron 40.000 bolsas de alimentos, pero los trabajadores han declarado que no quieren limosnas.El lunes, grupos de más de un centenar de personas, armadas con'bates de béisbol, asaltaron, en busca de comida, tres supermercados de la ciudad de Colón, la que con mayor crudeza vive la amenaza de la miseria. Esto ha hecho cundir el pánico entre los propietarios de otras importantes cadenas de este tipo de establecimientos, que ayer cerraron sus puertas. Se sospecha que una de las próximas medidas del Gobierno puede ser la nacionalización de los supermercados o la incautación de sus productos.

Moneda propia

Si las autoridades optasen por la escalada hacia la izquierda, a eso podría seguir la emisión de moneda propia y, como última opción, la nacionalización de los bancos. Por el momento, las autoridades han anunciado que, si no se levanta el bloqueo en Estados Unidos a los fondos panameños -incluido el pago por el uso del canal-, Panamá abandonará los servicios que presta a los norteamericanos (luz, agua, recogida de basura, etcétera).[Un juez federal de Nueva York, Lloyd MacMahon, ordenó un embargo prefirninar que impide a las autoridades panameñas retirar 50 millones de dólares (5.500 millones de pesetas) depo sitados en bancos de EE UU. La decisión judicial responde a una petición formulada por el desti tuido presidente de Panamá Eric Delvalle, informa Reuterl.

Hasta ahora no se han producido respuestas. El hombre fuerte general Manuel Antonio Noriega, se mantiene decidido a per manecer en su cargo -acaba de negar cualquier negociación para asilarse en España- y parece confiar en que el Gobierno de Manuel Solís Palma encuentre una solución.

La pregunta del millón en est país es ¿hasta cuándo? La res puesta en sus distintas variantes, cambia hora a hora. Por momentos, el clima castrista creado por la propaganda oficial hace pensar en una huida hacia adelante, y otras veces, el acorralamiento de que es objeto Noriega y el Gobierno parece el presagio de un inminente final del régimen.