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Trabajo para los espías

El Gobierno británico tiene desplegados en la Irlanda del Norte unos 13.000 policías (entre agentes en activos y en la reserva), alrededor de 10.000 soldados y otros 6.500 hombres en el paramilitar Regimiento de Defensa del Ulster.Sin embargo, es en el submundo del espionaje, sin uniformes, donde se libra la más encarnizada batalla. Cuando es posible, la última palabra se le da a los especialistas antiterroristas del Special Air Service (SAS), como en Gibraltar.

La televisión de Irlanda del Norte emite un anuncio institucional que alienta a facilitar a las fuerzas del orden información sobre las actividades terroristas,, y en algunos de los vehículos blindados que patrullan las calles de Belfast está inscrito un llamado número de teléfono confidencial.

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Ninguna fuente puede o quiere valorar con precisión el resultado de esa estrategia de llamamiento al público, pero tanto medios militares como políticos señalan que "la información es la clave" en la lucha contra el terrorismo.

El Gobierno británico ha dado a entender que tiene un topo en el Ejército Repúblicano Irlandés (IRA), aunque las informaciones también le llegan de quienes se pasan a la otra trinchera, incluso sabiendo que firman su condena de muerte.

Cuando las fuerzas de seguridad no tienen dudas sobre lo que se prepara cuentan con el SAS, un cuerpo militar de elite, para resolver radicalmente el caso, sin dejar supervivientes.

Así se actuó en la emboscada del pasado mes de mayo en Loughall, que costó la vida a ocho hombres al IRA, y así se actuó en Gibraltar.

Los hombres del SAS tienen canales de comunicación propios con sus superiores y están provistos de una capacidad de fuego que garantiza la total aniquilación del objetivo.

La operación de Gibraltar ha sido relacionada con alguna filtración en el IRA. Si se comprueba que es cierto, el informador es hombre muerto, como reconocen fuentes del Sinn Fein, rama politica del IRA.

La policía protege a los delatores, como es lógico, pero la menor imprudencia es aprovechada por el IRA para dejar las cosas en su sitio.

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