La lglesia pide al Ejército que se subordine al poder civil

La Iglesia católica panameña ha pedido que las fuerzas armadas se subordinen al poder civil y que se creen en el país "las condiciones y estructuras que hagan posibles unas elecciones nacionales que merezcan la credibilidad de los votantes".El arzobispo de Panamá, Marcos McGrath, leyó en la tarde del miércoles el comunicado con el que la Iglesia católica toma posición ante la crisis que vive el país desde la destitución de Eric Arturo Delvalle, para la que pide que se hallen "soluciones panameñas".

En su comunicado, los obispos demandan también "la observancia estricta de las normas constitucionales, la plena y efectiva subordinación de las fuerzas militares a la autoridad civil, la restauración de todos los derechos humanos y civiles, y en concreto la reapertura de todos los medios de comunicación, a los que pedimos que informen responsablemente al público".

Sugieren los dirigentes de la Iglesia católica en su documento "buscar y hallar soluciones panameñas, sin recurrir a falsos nacionalismos y sin interferencias foráneas".

El arzobispo McGrath se ofreció, al mismo tiempo, a actuar como mediador entre las fuerzas de defensa y los firmantes del documento para lograr la formación de un Gobierno de reconciliación nacional, constituido por las principales fuerzas de oposición. Esa negociación ha sido mencionada por otras fuentes como la única vía para encontrar una solución pacífica a la crisis que vive el país.

Con la firma de ese documento por parte del Partido Panameñista Auténtico, de Arnulfo Arias; el Partido Demócrata Cristiano, la Cruzada Civilista y varios personajes políticos independientes, la oposición presenta una imagen de unidad que favorece la negociación.

Como paso siguiente, los firmantes del acuerdo pretenden anunciar la formación de un Gobierno de reconciliación nacional, presidido por el depuesto presidente Eric Arturo Delvalle, que pueda convertirse en una alternativa para evitar el vacío de poder en el caso de la caída del general Manuel Antonio Noriega.