_
_
_
_
_

Los peritos de la acusación descalifican el estudio de Frontela sobre el síndrome tóxico

Los peritos propuestos por el fiscal y las acusaciones particulares del juicio de la colza descalificaron ayer duramente la metodología empleada y los resultados obtenidos en los experimentos realizan dos por Luis Frontela, catedrático de Medicina Legal de Sevilla, y su equipo. Con estos trabajos, realizados sobre un grupo de monos, pretendía demostrar el origen del síndrome tóxico. Frontela, que no pudo reproducir la enfermedad en los primates, escuchó descalificaciones a su prestigio como científico y fue tachado de aficionado por varios de los peritos designados para evaluar su informe.

Frontela ratificó las conclusiones del informe enviado hace dos semanas al tribunal. Según este texto, el síndrome tóxico no había podido ser reproducido en los monos administrándoles aceite de colza; pero tampoco con pesticidas ni con tomates tratados con plaguicidas (tesis que sostiene la defensa de los aceiteros como irgen de la enfermedad).Los peritos -propuestos por el fiscal y las acusaciones- que criticaron el informe de Frontela son: Manuel Repetto, director del Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla; Guillermo Tena, ex director del citado Instituto en Madrid; Rafael Garrido-Lestache, forense de la Audiencia Nacional cuando apareció la enfermedad; Ángel Pestaña, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas; Manuel Serrano Ríos, jefe de Medicina Interna del Ramón y Cajal; Francisco Martínez Tello, anatomopatólogo del Hospital 1 de Octubre de Madrid, y Juan José Sánchez, químico del Cenan (Centro Nacional de Alimentación y Nutrición).

Repetto analizó diversos aspectos concretos del trabajo de Frontela y agregó que "el informe adolece de un absoluto desorden que hace difícil la lectura y la consulta, y que de ser una simple tesina de licenciatura merecería un suspenso".

Este perito afirmó en sus conclusiones: "El informe de Frontela significa un lamentable derroche de esfuerzo, porque hay que reconocer que se ha desarrollado un laborioso e intenso trabajo, y de dinero [el experimento ha costado 15 millones] para realizar un proyecto mal planteado, sin atenerse a la normativa nacional e internacional vigente ( ... ), por personas sin demostrada capacitación, sin participación de controles de calidad, con un informe final desordenado y con conclusiones confusas y equivocadas, pretendiendo interpretar los resultados en el sentido de sus propias premisas".

Tena precisó que las conclusiones emitidas por Frontela no eran consecuentes con los resultados expuestos en el trabajo, y puntalizó: "En mi criterio, esta experiencia ha supuesto un gasto público innecesario para el Ministerio de Justicia, porque la experiencia no tiene ningún valor".

Los restantes peritos se mostraron de acuerdo en el rechazo total al trabajo de Frontela y enriquecieron las críticas. Garrido-Lestache atacó a fondo: "En los últimos 10 años no he faltado a ningún congreso de Medicina Legal, y Frontela nunca ha asistido, excepto en Niza. Frontela nunca ha brillado por sus comunicacaciones y menos en toxicología".

En la réplica, Frontela se mostró frío, rechazó sin entusiasmo algunas críticas y asumió otras, como haber reducido a la mitad la cantidad de aceite que daba a los monos, porque, según dijo, el aceite para experimentar era limitado. El catedrático de Sevilla ratificó que cree que el aceite no es el causante del síndrome.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_