"Alerta defensiva" de Argentina ante las maniobras británicas en las islas Malvinas

El Gobierno argentino ha respondido con una ofensiva diplomática y una "vigilancia y alerta defensiva" a las maniobras militares Fire focus (Foco de fuego), que fuerzas del Reino Unido tenían previsto que comenzaran hoy en las islas Malvinas y que debían durar hasta final de mes. Sin embargo, el canciller argentino, Dante Caputo, declaró el sábado, a su llegada a Buenos Aires procedente de Nueva York, que las maniobras se aplazarán hasta el día 15 y que Argentina convocará hoy al Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el tema.En un comunicado conjunto de los ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa se acordó la "vigilancia y alerta defensiva" ante las maniobras. Asegura el comunicado que se trata de .contribuir en todo lo posible, mediante el ejercicio de una vigilancia preventiva, a evitar los riesgos de incidentes que puedan ser generados por las acciones anunciadas por Gran Bretaña". También se advierte "a los buques de terceras banderas de las medidas indicadas precedentemente con el objetivo de evitar que puedan verse involucrados en incidentes".

El ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, declaró días atrás que "alerta defensiva no significa que vaya a haber movilización de tropas por el nioinento". "Insisto", añadió, "la puesta en ejecución de otros planes diferentes estará en función de la actitud de los británicos".

La declaración de que no habrá movilización de tropas no significa que las unidades de la Armada argentina no se apresten para las funciones de vigilancia. Habrá vuelos de observación en la vecindad de la zona de las maniobras y también está preparado el portaviones 25 de Mayo.

No están claras en Argentina ni las dimensiones ni la fecha de las maniobras. Las informaciones son contradictorias. Se hablaba de 5.000 soldados del Reino Unido, pero desde Londres se informa que son menos de 1.000. De esta cifra se hizo eco Caputo a su llegada a Buenos Aires. Independientemente de estas discrepancias sobre fechas y violumen de las Firefocus, no parece que vaya a llegar la sangre al río, aunque la herida de la guerra perdida hace menos de seis años en las Malvinas todavía no está cicatrizada. Ni siquiera se ha firmado con el Reino Unido el fin de las hostilidades, y las maniobras parecen hacer honor a su nombre: han sentado como una banderilla de fuego en Argentina.

El Gobierno desplegó en las semanas pasadas una intensa actividad diplomática en todos los foros imaginables. En la Organización de Estados Americanos (OEA), Argentina consiguió una resolución favorable, apoyada por 25 países, sin un solo voto en contra y con las únicas abstenciones de Estados Unidos y la isla caribeña de Santa Lucía. Hubo cartas del presidente Raúl Alfonsín a jefes de Gobierno europeos. Caputo viajó a Hamburgo para entrevistarse con colegas de la Comunidad Europea, y siguió a Nueva York para hablar con Javier Pérez de Cuéllar, el secretario general de la ONU, donde se espera que Argentina convoque al Consejo de Seguridad.

No faltó una resolución condenatoria de la reunión de Cartagena (Colombia) de los cancilleres del Grupo de los Ocho, reducidos ahora a siete con la exclusión de Panamá.

A Argentina le faltó una vez más el apoyo de Estados Unidos. Washington mantiene sobre las Malvinas la posición de "lamentar el enfrentamiento entre dos países amigos".