La agitación nacionalista llega a la capital soviética.
La agitación nacionalista que causó la semana pasada 33 muertos en Azerbaiyán ha llegado ahora a la capital de la URSS. Agentes de policía con perros pastores alemanes patrullaban ayer sobre la nieve en las cercanías de la residencia de obreros uzbekos de Moscú, donde centenares de personas participaron en una violenta batalla campal con tintes nacionalistas el pasado 20 de febrero. Numerosos coches policiales deambulaban por el desangelado paisaje de humeantes fábricas, solares en construcción e impersonales edificios del barrio, en el distrito de Liublino, al este de Moscú, según pudo ser testigo esta corresponsal.
Fuentes de la disidencia habían informado el día 4 de marzo que 10 personas habían resultado muertas en los enfrentamientos entre moscovitas y obreros asiáticos, contratados para trabajar en una fábrica de automóviles de la capital. Los obreros son miembros de la comunidad de limitchiki, la mano de obra especialmente importada de fuera de Moscú para suplir la falta de mano de obra local en trabajos generalmente duros. Un portavoz del Ministerio del Interior desmintió ayer categóricamente que se hubieran registrado víctimas en los disturbios y calificó éstos como una disputa entre "jóvenes", varios de los cuales habían sido detenidos y sometidos a sanciones administrativas. Otro portavoz ministerial dio la cifra de 18 detenidos a raíz de los enfrentamientos.El periódico vespertino Vechernaia Moskva, en su edición del día 24 de febrero, informaba brevemente del conflicto entre "algunos centenares de personas", por una parte los habitantes del barrio y, por otra, los jóvenes alojados en la residencia, que depende de la fábrica de Automóviles Leninski Komsomol. "El duelo no era una broma: ambas partes estaban armadas con estacas, palos y barras metálicas. No era difícil prever las lamentables consecuencias de tal enfrentamiento. La policía consiguió detener a los gamberros, aunque con gran trabajo", escribía el diario.
Riña en la discoteca
"Todo empezó con una riña en una discoteca entre un grupo de uzbekos y rusos. Fueron los rusos los que empezaron", dijo a esta corresponsal un joven uzbeko alojado en la residencia. "Varios días después", prosiguió, "nos esperaron junto al metro y se organizó una batalla que concluyó aquí", decía el joven, señalando la gran explanada situada frente a su residencia. "Nos decían que volviéramos a Uzbekistan", señaló, mientras se alejaba del edificio, en cuyo interior podía oírse una música ligera de compases orientales. El joven negó que hubiera habido muertos, pero señaló que se habían producido heridos y dijo también que uno de ellos había sido herido en en un dedo por un tiro disparado por la policía.
Con cierta hostilidad hacia los extranjeros, otros vecinos del barrio habían negado la existencia de muertos, una información que había sido dada por el disidente Lev Timofeiev, que edita la revista Referendum. En el número de esta semana, Referendum, una publicación de carácter crítico y confección casera, publica un artículo firmado, según el cual sí hubo muertos en los enfrentamientos. Timofeiev manifestó tener confianza en las fuentes de la información.
Los enfrentamientos moscovitas se añaden a la serie de conflictos étnicos, que han producido 33 víctimas y numerosos heridos en las repúblicas del Cáucaso. Los dirigentes de la República Soviética de Azerbaiyán habían expresado su solidaridad con las familias de las 31 personas que perecieron en los disturbios entre armenios y azerbaiyanos en la ciudad industrial de Sumgait, en las cercanías de Baku, según informaba ayer el diario de esta localidad Bakinski Rabochi.
El líder soviético, Mijail Gorbachov, ha dado muestras de especial preocupación por los conflictos nacionalistas ocurridos en el Cáucaso. Gorbachov, que hizo un llamamiento a la calma a las repúblicas de Armenia y Azerbaiyán, visitó el viernes una fábrica de rodamientos de bolas que se encuentra cerca de la residencia donde tuvieron lugar los disturbios. La agencia Tass, que recogía brevemente la visita de Gorbachov, no dio detalles del contenido de su conversación del líder con los obreros.
Pravda, el órgano del PCUS, reproducía ayer la nota oficial sobre los sucesos de Sumgait, donde se recogía el número de muertos en aquella localidad, controlada por el Ejército y sometida al toque de queda desde el pasado lunes. Piotr Demichev, uno de los miembros del Politburó del PCUS, que había sido enviado a la región de Nagorno-Karabaj, en Azerbaiyán, durante los disturbios en aquella región, intervino en una sesión del Soviet Supremo en Moscú el viernes. Pravda, que daba cuenta de ello, no informó sobre el contenido de la discusión. Nagorno-Karabaj, donde el 75% de la población es armenia, ha solicitado repetidamente unirse a Armenia y dejar de depender de Azerbaiyán.
Partidos de fútbol
Un partido de fútbol que debería haber tenido lugar el 8 de marzo en Baku entre un equipo local y otro de la capital soviética fue trasladado a Moscú por "la falta de condiciones del campo", y otro partido que también debería haberse jugado en Baku entre un equipo local y otro de Leningrado el próximo día 13, fue igualmente desplazado, en este caso a la ciudad de Leningrado. Tal información, dada por el periódico Sovietski Sport, hace pensar que las autoridades de Baku tratan de evitar las concentraciones masivas en aquella ciudad por miedo a que se vuelvan a producir conflictos.
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