La música, entre el negocio y la tecnología
En 1987 se vendieron en España 39 millones de discos, por valor de 30.000 millones de pesetas
El mercado del disco en España comienza a salir de la profunda crisis atravesada entre 1983 y 1985. En 1987 se vendió un total de 39.075.153 unidades, por valor de 30.367.479.000 pesetas, lo que significa la confirmación del crecimiento apuntado en 1986, aunque sin alcanzar las altas cifras de venta de los primeros años de esta década. Las casetes y los discos de larga duración (LP) son los soportes más atractivos para un consumidor cada vez más diversificado en sus gustos, y la aceptación del disco compacto, tanto en España como en el resto del mundo, abre un nuevo mercado de expectativas todavía impredecibles.
El mercado de la música grabada en España siempre ha sido una incógnita. Preguntas como cuánto gasta el español en la industria de la música o cuál es el número de discos vendidos no han obtenido respuesta durante los años en que la industria se ha desarrollado por la inercia de una demanda ávida de novedades y poco exigente.La consolidación de las multinacionales discográficas tras un activo periodo de fusiones, ha ordenado un sector que acaba de salir de una grave crisis y se enfrenta a un reto tecnológico que revolucionará la industria audiovisual en los próximos años. La aparición del disco compacto no es más que una llamada de atención para lo que se avecina: la pantalla interactiva de alta definición con teclado alfanumérico conectado a una base de datos que permitirá ver y escuchar casi al instante la última novedad discográfica aparecida en Nueva York.
El disco como soporte musical se encuentra condenado a la extinción antes de haber alcanzado la madurez, y deja al compacto como sucesor a la espera del siglo XXI. El reinado ha sido largo, y desde que en 1902 se grabó la voz del tenor Enrico Caruso, y su progresión, apoyada en una tecnología de evolución constante, sólo ha sido frenada por las sucesivas crisis económicas.
Crisis
El mercado español no ha sido ajeno a esta situación. Los 28 millones de discos y casetes vendidos en 1975 aumentaron un 80% en los cinco años siguientes hasta alcanzar la cifra de 50 millones en 1980, cantidad todavía no superada. Las subidas experimentadas por la cotización del dólar entre 1983 y 1985 afectaron al mercado español de música grabada, que tocó fondo en 1984 con sólo 28 millones de unidades vendidas, a lo que ayudó el auge de la piratería, que en esos años se apropió de la mitad del mercado.Coincidiendo con la aparición del disco compacto, en 1986 se inició una recuperación ue se consolidó en 1987, con unas ventas de 39 millones de discos y casetes por valor de 30.000 millones de pesetas, cantidad equivalente a los presupuestos de gastos destinados al Ministerio de Cultura en el mismo año.
El mercado español sigue la tendencia predominante en el mundo. Vende más casetes que discos, y la progresión del compacto en los dos últimos años hace concebir esperanzas las compañías discográficas y olvidar tiempos de crisis. El disco compacto, que en 1987 vendió en España más de un millón de unidades, significa la conquista de un consumidor potencial con medios económicos selectivo y preocupado por la calidad del sonido y decantado en sus gustos hacia la música clásica, el pop-rock comercial y los intérpretes de éxito masivo.
El crecimiento del disco estará en función del desarrollo del compacto, y todavía le queda vida por delante, aunque algunos formatos desaparecerán en poco tiempo. El tradicional single (disco de dos canciones), que hace 12 años competía con el elepé por la supremacía del mercado, hoy sobrevive como soporte a extinguir, utilizado como medio de promoción por las empresas discográficas y superado por el maxisingle.
Las ventas totales de discos en España durante 1987 se aproximaron a los 15 millones de unidades, y las casetes, a los 21 millones. Su público consumidor compensa la escasa capacidad adquisitiva con una fidelidad que asegura ventas fijas.
Sus gustos están decantados hacia el pop y el rock, aunque en las listas de discos más vendidos abundan los artistas que no se ajustan a estos estilos. Cada día más atentos a la calidad, ellos protagonizarán el cambio a la tecnología digital, asistirán al principio del fin del disco convencional y afrontarán el reto de un futuro incierto.
Babelia
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