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La oposición dispuesta a una 'tregua olímpica'

La oposición política surcoreana considera la investidura presidencial de Roh Tae Woo como la de "un presidente impostor", según manifestó ayer en Seúl el líder del Partido para la Paz y la Democracia, Kim Dae Jung, quien mantiene sus acusaciones de fraude electoral del Gobierno en la pasada elección presidencial del 16 de diciembre."Si Roh Tae Woo no lleva a cabo realmente las promesas de democratización hoy anunciadas, la situación se convertirá de nuevo en insostenible para el régimen", afirmó Kim Dae Jung. Para el líder radical de la oposición -que continuará hoy sus negociaciones con el líder moderado, Kim Young Sam, para la formación de un frente común ante las próximas elecciones legislativas- la situación política surcoreana entra en una "fase de tregua", al menos hasta pasada la celebración de los Juegos Olímpicos del próximo verano en Seúl.

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La oposición no aparece dispuesta a promover una situación de crisis política que ponga en peligro la celebración de los Juegos Olímpicos, pero advierte al nuevo presidente que la tregua política durará sólo hasta cumplirse el calendario olímpico, en el que la mayoría de los coreanos ven jugarse el prestigio internacional del país, a menos que Roh Tae Woo lleve realmente adelante su programa de apertura democrática.

Los estudiantes, que esta semana han reanudado las clases en todo el país, no parecen estar de acuerdo con ningún tipo de concesión, y ayer se manifestaron con fuerza en Seúl, Pusán y Kwangju. En la zona de la catedral de Myondong, en Seúl, se produjeron choques de gran violencia entre manifestantes que lanzaban cocteles Molotov y policías que disparaban granadas de gases lacrimógenos. En estos disturbios resultó herido un cámara de televisión coreano, víctima de la explosión entre las piernas de una granada lacrimógena lanzada por la policía.

Los incidentes, que tuvieron menos fuerza en Pusán y Kwangju, fueron organizados principalmente por grupos radicales opuestos al régimen.

La calma, sin embargo, reinó en la ceremonia oficial de investidura del nuevo presidente. La policía y el Ejército habían aislado previamente la isla de Yoyogi, sede de las instalaciones parlamentarias, donde se celebró el acto.

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