Escepticismo sobre el viaje de Shultz a Oriente Próximo
El secretario de Estado norteamericano, George,Shultz, inició en la tarde de ayer un viaje de cinco días a Oriente Próximo para discutir un plan de paz para la región, en medio de un clima de escepticismo sobre las posibilidades de reconciliar a los líderes israelíes divididos, la hostilidad de los palestinos y las dudas de los países árabes.El comienzo de la misión de Shultz coincide asimismo con un recrudecimiento de la violencia en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, donde dos jóvenes palestinos fueron muertos ayer por soldados israelíes.
Las causas de la insurrección de los palestinos en los territorios ocupados -iniciada el 8 de diciembre y reprimida por el Ejército israelí con un coste de 64 muertos, muchos de ellos adolescentes, y cientos de heridosfue interpretada por Shultz de modo diverso al enunciado por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, quien dijo que no siempre era "espontánea" y la atribuyó a "elementos exteriores".
En unas declaraciones formuladas a periodistas que le acompañan en su gira, Shultz afirmó: "El origen fundamental [de los disturbios en los territorios ocupados] es esencialmente autóctono". Interrogado sobre los "elementos exteriores", dijo que los informes de los servicios secretos no eran "muy claros". Shultz agregó que, a su juicio, el principal problema era el hecho de que la mayoría de los habitantes de los territorios ocupados estaban privados del derecho a gobernarse, aunque acordó en que factores exteriores habían contribuido a crear la actual situación.
Anoche, el portavoz presidencial norteamericano, Marlin Fitzwater afirmó que no había discrepancias entre Reagan y Shultz.
"Derechos legítimos"
EE UU está comprometido con la seguridad y la prosperidad de Israel pero también debe considerar "los derechos legítimos" del pueblo palestino, dijo Shultz al llegar ayer al aeropuerto Ben Gurion, cerca de Tel Aviv.
El plan de Shultz propone, en una primera fase y para calmar la insurrección en los territorios ocupados la puesta en marcha de un régimen de autonomía interna, con la elección antes de fin de año de un ejecutivo palestino y la salida del Ejército israelí de Cisjordania y Gaza.
En una segunda fase, a lo largo de tres años a partir de finales de 1988, se entablarían negociaciones, especialmente con Jordania, para fijar la suerte de Cisjordania y Gaza.
Los palestinos rechazan dicho plan porque no reconoce a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y no aborda, en el estado actual, la cuestión de una Palestina independiente. Una huelga general de repudio a la visita de Shultz fue seguida ayer por segundo día en Cisjordania, Gaza y Jerusalén este.
Por su parte, el primer ministro isarelí, Isaac Shamir, declaró antes de la llegada de Shultz que si éste busca concesiones territoriales de Israel su misión está condenada al fracaso.
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