Bolivia, en camino de ser otra Colombia
"Bolivia no está muy lejos de ser otra Colombia", aseguró el subsecretario de Defensa Social, Jorge Alderete, al resumir los peligros a que se enfrenta este país de 6,5 millones de habitantes y más de un millón de kilómetros cuadrados, gran parte de los cuales son especialmente aptos para el cultivo de la coca, materia prima de la cocaína. Alderete, quien viajó con el ministro de Asuntos Exteriores a Viena para participar en la conferencia de la ONU sobre el control del narcotráfico, afirmó que los países productores, como Bolivia, "son los menos capacitados para enfrentarse a este enemigo tan poderoso".La corrupción generada por el negocio de la droga ha llegado ya a las más altas esferas. El diputado del gobernante Movimiento Nacionalista Revolucionario Freddy Vargas ha pedido nada menos que la apertura de procesos contra la Corte Suprema de Justicia "por la corrupción generalizada del poder judicial, cuyo origen y motor es el narcotráfico". Las denuncias de Vargas también incluyen al ex ministro del Interior Fernando Barthelemy y a los entonces subsecretario del Interior, Guido Meruvia; el comandante de la policía, general Julio Vargas Soto, y varios otros altos oficiales de esa institución, por "incumplimiento de deberes, omisión, encubrimiento".
'Lavado,volteo y cobertura'
Tres son las principales operaciones ílegales vinculadas al narcotráfico en Bolivia: el lavado judicial, por el que se cambia la identidad de las personas o se hacen desaparecer evidencias, cuando no el cuerpo del delito; el volteo, que designa la reventa de la droga incautada en operativos y que generalmente está a cargo de miembros uniformados o civiles de la policía, y la cobertura, protección oficial a las bandas de traficantes. La revista dominical del periódico Opinión, de Cochabamba, afirma que los narcotraficantes pagan porcentajes fijos de sus ganancias para que se designe a una persona de su confianza en un cargo oficial.Ya se han iniciado procesos contra los jueces y fiscales de Santa Cruz que liberaron a los implicados en el caso Huanchaca, el asesinato, por narcotraficantes, de tres miembros de una expedición científica boliviano-española de la que sólo escapó el español Vicente Castelló. Todos los involucrados en el caso fueron liberados, cuando no se fugaron, pese a que existían declaraciones de los dos autores materiales, detenidos por la policía federal de Brasil.
La complicidad de esferas del poder judicial boliviano explica que la mayor parte de los peces gordos continúen sin ser molestados, mientras los pisacoca (los que muelen las hojas de coca con los pies durante la noche) o los zepes (pequeños traficantes correos) están entre rejas a la espera de un juicio ni siquiera iniciado.
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