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3.500 vecinos se manifiestan para evitar que se cierre la línea férrea que une a seis municipios vascos

Unos 3.500 vecinos de la comarca guipuzcoana del Urola se manifestaron ayer en Azpeitia exigiendo que el Gobierno vasco modifique su decisión de eliminar la línea de ferrocarril que enlaza los municipios de Urretxu, Zumárraga, Azpeitia, Azkoitia, Zestoa y Zumaia. La manifestación, iniciada a las 13.30, discurrió durante una hora, encabezada por las corporaciones de estos municipios, que han mostrado reiteradamente su oposición a la desaparición de este ferrocarril.El Gobierno vasco fundamenta su decisión en el progresivo descenso del número de viajeros -550.000 hace dos años-, en el incremento del déficit anual -cifrado ese mismo año en 169 millones de pesetas- y en estudios que auguran a esa línea un futuro económico sombrío.

Un informe de la empresa Iteco, presentado recientemente por el consejero de Transportes, Enrique Antolín, propone la sustitución del tren por una línea de autobuses y la reforma de la carretera que comunica la comarca con San Sebastián. La falta de perspectivas de la línea de ferrocarril del Urola está siendo cuestionada frontalmente, pero en general todas las partes involucradas reconocen la envergadura de la inversión necesaria para modernizar una línea cuya estructura y componentes materiales permanecen casi inalterables desde su fimdación, hace 62 años, y que hace ya mucho tiempo dejó de competir con el coche. En estas décadas, el ferrocarril del Urola ha pasado de ser un exponente del progreso técnico de la zona a convertirse, sin olvidar la utilidad de su servicio, en un elemento pintoresco y familiar, patrinionio de toda la provincia.

Criterios economicistas

Los ayuntamientos de la comarca sostienen que el Gobierno vasco y los técnicos de Iteco utilizan exclusivamente criterios economicistas, sin considerar las perspectivas que abriría la modernizacíón del tren ni atender el futuro del transporte en un valle mal comunicado. El pasado año, en vísperas de elecciones, los partidarios del mantenimiento del tren lograron que la Diputación de Guipúzcoa solicitara formalmente al Gobierno vasco la modernización del ferrocarril.Se dijo entonces que los criterios sociales habían terminado imponiéndose sobre los criterios económicos, y el entonces consejero de Transportes, José Ramón Estomba, defendió el proyecto de ampliación de la línea hasta San Sebastián. Las obras de modernización del tren comenzaron, y con ellas, la suspensión del servicio, pero los trabajos se paralizaron durante el verano pasado, tras las elecciones.

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