Toneladas de basuras acumuladas en Murcia y Cartagena tras seis días de huelga de limpieza

Más de mil toneladas de desperdicios se han acumulado en las calles de Murcia, Cartagena y Lorca -con 300.000, 170.000 y 70.000 habitantes, respectivamente- debido a la huelga que desde el lunes pasado llevan a cabo los empleados de las empresas concesionarias del servicio de recogida de basuras y limpieza viaria de toda la región murciana, por discrepancias en las negociaciones del convenio. Sólo tres pueblos de la región tienen su propio servicio de limpiezas.

Los municipios más afectados por el paro son una docena, en los que se concentra la mayor parte de la población.

En Murcia, el Ayuntamiento ha recurrido a contratar trabajadores que, junto a voluntarios de la Cruz Roja y de Protección Civil, retiran basuras escoltados por policías nacionales.

Altas temperaturas

Los desechos se encuentran, en algunos casos, desperdigados por las aceras debido a la acción de los perros y los gamberros. También dos trabajadores, empleados de la empresa que realiza el servicio en Murcia, fueron sorprendidos por la Policía Municipal, el jueves, cuando volcaban un contenedor, esparciendo su contenido en la vía pública.A la acumulación de basuras en las calles se une otra circunstancia que hace aumentar el riesgo sanitario: la temperatura registrada estos días en la región ha alcanzado hasta 20 grados. Los servicios mínimos sólo han funcionado para los hospitales, mercados y centros penitenciarios.

La delegación del Gobierno ha dictado un decreto de incremento de dichos servicios, de hasta un 30% en el caso de Murcia, que fue incumplido por los trabajadores, por lo que las empresas podrían adoptar medidas disciplinarias.

Los 850 trabajadores de la empresa de contratas solicitan un alza salarial del 10%, "mientras que los empresarios ofrecen el 9%, pero principalmente lo que queremos es la homologación con los peones municipales, para lo que damos un plazo de tres años", dijo Miguel Campillo, representante de CC OO en las negociaciones.

El director provincial de Trabajo, Eduardo Fernández Luna, que actúa como mediador entre ambas partes, señaló que la mayor dificultad estriba en el deseo de los empleados de que el convenio contemple dos días de descanso semanales, lo que tendría que llevar aparejado un aumento de plantilla. Según Campillo, a pesar del incremento de la demanda del servicio, las plantillas se encuentran "por debajo de las existentes en 1981".