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Nueva luz sobre los abortos espontáneos

Reforzando el sistema inmunológico de la madre se pueden evitar muchos embarazos frustrados

¿Por qué desecha a veces el cuerpo de una mujer un feto en desarrollo? ¿Por qué un feto no sobrevive en cualquier tipo de condiciones? El feto es una parte extraña que lleva los genes del padre, y el cuerpo, como bien saben los cirujanos de trasplantes, normalmente rechaza cualquier cosa que no reconoce como suya propia. Las últimas investigaciones realizadas para saber por qué unas mujeres son más propensas que otras a sufrir abortos espontáneos han puesto de manifiesto que las mujeres cuyo sistema inmunológico es de baja actividad son las que tienen más probabilidad de perder sus fetos. Aunque parezca ilógico, las mujeres con sistemas inmunológicos activos tienen menos riesgo de abortar.

A las primeras mujeres, aparentemente, les falta un anticuerpo que durante el embarazo lucha contra las acciones de rechazo del sistema inmunológico. Basándose en esto, se han creado unas terapias experimentales que refuerzan los sistemas de inmunidad y que permiten a muchas mujeres que han abortado repetidamente concebir con éxito un bebé.Los expertos opinan que el problema de tener un sistema inmune poco activo es muy común y estiman que esta puede ser la causa fundamental por la que la mitad de las mujeres que han tenido abortos repetidos pierdan normalmente sus fetos. El doctor Warburton, de la universidad de Columbia, dijo que las mujeres más propensas a abortar son aquellas que han tenido como mínimo un aborto. Aquellas otras que nunca han tenido ninguno tienen, aproximadamente, de un 10% a un 15% de posibilidades de tener uno en caso de quedarse embarazadas, mientras que las mujeres que ya han tenido tres o cuatro abortos tienen un riesgo del 30% al 45% de tener otro embarazo frustrado.

Causas

Los médicos pueden determinar la causa en un 40% de mujeres que tienen tres o cuatro abortos, según la doctora Susan Cowchock, del colegio médico Jefferson, de Filadelfia. Generalmente en ese porcentaje corresponde a mujeres que tienen úteros anormales o bien que sus ovarios no producen suficiente hormona progesterona. Pero queda otro 60% de abortos para los que no se encuentra explicación.

En los últimos años, los científicos han descubierto que las mujeres que han sufrido varios abortos sin causa justificada no tenían una apropiada respuesta de inmunidad para cierto tipo de célula fetal, llamada trofoplasma, que es la encargada de formar el único tejido fetal que contacta con el tejido materno. Las células del trofóplasma forman una capa entre el útero y la placenta.

Por regla general, los científicos creen que las mujeres desarrollan anticuerpos para encubrir a las células trofoplasmas, de modo que el sistema inmunológico no las reciba como extrañas. Estos anticuerpos de bloqueo son el único distintivo de embarazo, según palabras del doctor Bruce Smith, del colegio médico de Jefferson.

Posteriormente, los investigadores idearon una terapia que indujera a las mujeres a producir anticuerpos de bloqueo. Para llevar esto a cabo se inmuniza a las mujeres con glóbulos blancos de sus maridos o de donantes que no tengan ningún tipo de parentesco con ellas. Los citados científicos opinaron que hay un precedente para este tipo de tratamiento en los trasplantes de riñón a pacientes que aceptan con más probabilidad una donación del órgano si se ha efectuado previamente una transfusión de sangre del donante. Se supuso entonces que los pacientes creaban anticuerpos para. que las células transferidas impidiesen que su sistema inmunológico atacase el riñón recibido.

Los expertos expusieron que las mujeres embarazadas, al igual que los pacientes de trasplantes, reaccionan mejor si crean anticuerpos que impidan que sus sistemas de inmunidad desechen el feto. Así pues, las mujeres elaborarían tales anticuerpos por sí mismas, lógicamente, después de haber sido expuestas a las células de sus maridos por mediación del coito, según afirma el doctor Cowchock.

Sin embargo, el doctor Page Faulk, del hospital metodológico de Indianápolis, expuso que las células de ciertas mujeres que han sufrido sucesivos abortos tienden a ser genéticamente demasiado similares a las transferidas por sus maridos, por lo que, probablemente, no las identificarían como extrañas o ajenas. En caso de trasplante sería beneficioso que el marido donara un riñón, pero no ocurriría así en el caso de embarazo.

Nuevos tratamientos

Hace varios años que el doctor James Mowbray, del hospital de Santa María de Londres, probó la idea de inmunizar a mujeres con glóbulos blancos. Inmunizó a mujeres tanto con sus propios glóbulos blancos -lo que no debería afectar a su sistema inmunológico- como con los de sus maridos. A las mujeres no se les dijo que células estaban recibiendo.

El doctor Mowbray descubrió que el 78% de las pacientes inmunizadas con las células de sus maridos tuvieron un venturoso embarazo, mientras que el 37% de las inmunizadas con su propia sangre no lo consiguieron.

Esta inmunización se realiza actualmente en cuatro centros médicos de EE UU. El doctor Cowchock y el doctor Smith descubrieron que el 75% de las mujeres que habían sufrido de tres a seis abortos pudieron engendrar un hijo después del tratamiento. El doctor Faulk y sus colegas de Indianápolis informaron que aproximadamente un 80% de sus pacientes engendraron niños normales tras el tratamiento, aunque algunas habían tenido hasta incluso 15 abortos.

Pero con la epidemia de SIDA, algunos expertos se muestran reacios a inmunizar a las mujeres con glóbulos blancos de donantes, ya que, las pruebas para determinar si un donante ha sido contagiado por el virus del SIDA son muy fiables, pero no infalibles.

600 niños

Uno de los tratamientos que se está aplicando consiste en inyectar plasma de esperma a las mujeres. En este líquido se encuentran las proteínas necesarias para la inmunización. De hecho, puede que sea este esperma lo que inmunice primordialmente a las mujeres. El líquido se esteriliza eliminando todos los virus.En Inglaterra, el doctor Peter Johnson, de la universidad de Liverpool, ha extraído células trofoplasmas de placentas humanas para desarrollarlas en su laboratorio. Ahora está inyectándolas en mujeres para estimular sus sistemas inmunológicos. El tratamiento de la inmunización es todavía controvertido, advierten los expertos, ya que nadie ha desechado la posibilidad de poder dañar el feto. Alrededor de unos 600 niños han nacido de mujeres inmunizadas con glóbulos blancos y dos de ellos presentan problemas en la sangre. Pero los expertos no saben si estos se deben a la terapia inmunológica efectuada.

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