Crece el clamor político en Austria para que dimita Waldheim
HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIALLa clase política austriaca Incrementó ayer su presión sobre el jefe del Estado, Kurt Waldheim, para que acceda a dimitir y ponga fin a una situación insostenible, con la vida política paralizada y las Instituciones en su mayor crisis desde la creación de la República en la posguerra. El diario Die Presse Informó sobre negociaciones secretas entre los dos partidos de la coalición gubernamental, el socialista (SPOE) y el popular (OEVP), para buscar un sucesor consensuado para Waldheim.
El presidente, según su portavoz, Gerold Cristian, prepara un discurso a la nación que será televisado próximamente. Mientras tanto, más de 3.000 personas se enfrentaron anoche a la policía ante el Teatro de la ópera de Viena, que celebraba el baile anual de carnaval. Hubo varios heridos y detenidos.El jefe del grupo parlamentario socialista, Heinz Fischer, declaró que "ha llegado la hora de sentarnos a discutir qué pasos concretos debemos dar". Fischer declaró que "ningún político es más importante que el Estado". El dirigente socialista hizo estas declaraciones poco después de que el ex canciller Bruno Kreisky acusara al Gobierno de "inactividad" ante la situación que se ha creado al ignorar Waldheim el informe de la comisión de historiadores, que le exime de culpa directa en crímenes de guerra pero lo acusa de haber colaborado en delitos y de mentir reiteradamente a la opinión pública.
Helmut Kukacka, el secretario general del Partido PopuIar, hasta ahora incondicional defensor del presidente, reconoció que el informe de los historiadores ha minado la credibilidad de Waldheim. Esta evidencia era negada hasta ahora obstinadamente por los dirigentes conservadores.
La única posibilidad real de forzar a Waldheim, a dimitir sería una solicitud común de los dos partidos mayoritarios. Aun así, el resultado de la iniciativa no es previsible. Waldheim insiste en continuar en el cargo hasta 1991. Según la Constitución austriaca, Waldheim podría ser destituido sólo por un voto parlamentario de dos tercios seguido de un referéndum. Los partidos parlamentarios reconocen, sin embargo, el riesgo que este referéndum implica en un momento en el que aún defiende la permanencia en el cargo de Waldheim un 66% de la población.
En el partido socialista y sectores del conservador ha causado indignación el que Waldheim este dispuesto a sacrificar el Gobierno para no asumir responsabilidades propias. Desde la Acción Católica hasta las juventudes socialistas, el partido de los verdes, los sindicatos e incluso el jefe del Partido Liberal (FPOE), de tendencia derechista, solicitaron con mayor o menor claridad a Waldheim que dimita.
[El semanario alemán Der Spiegel, que publicó hace dos semanas la copia de un telegrama que relacionaba a Kurt Waldheim en crímenes de guerra nazi, anunció ayer que estaba examinando su autenticidad, después de que el Gobierno yugoslavo dijera que se trataba de una falsificación].
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