"Debemos pedir al Señor la conversión de Rusia" afirma el obispo de Fátima
El obispo de Leiria-Fátima, Alberto Cosme do Amaral, participó en las Jornadas de Cuestiones Pastorales que el Opus Dei ha organizado en Barcelona. Las sesiones fueron clausuradas ayer por el cardenal arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany, y en ellas numerosos expertos en temas marianos han hablado de religiosidad popular y de los poderes salvíficos de la Virgen. Cosme do Amaral, uno de los ponentes más aplaudidos por los asistentes, afirma en esta entrevista que hay que pedir "por la salvación de Rusia".
Pregunta. Se atribuye a la Virgen, en la aparición de Fátima [13 de mayo de 1917], la frase de que el Papa, en unión con los obispos, debía consagrar Rusia.Respuesta. La conversión de Rusia está íntimamente unida al mensaje de Fátima. La Virgen ha dicho que Rusia se convertiría. Hace falta que la gente responda a los pedidos de la Virgen; que el Papa haga la consagración de Rusia en unión con los obispos del mundo. Juan Pablo II hizo la consagración del mundo en 1982, y en el texto aparece: "Te entrego los pueblos que esperas que te sean especialmente consagrados". Quizá ahí hay una ilusión. De manera implícita, la consagración de Rusia al Corazón de María, como la Virgen había pedido, fue por Pío XII el año 1942, quien dijo, más o menos: "Te consagro especialmente aquellos pueblos que guardan en sus casas tus ¡conos sagrados". Se refería a Rusia, donde el pueblo se mantiene creyente, piadoso y muy devoto de la Virgen. En 1952, Pío XII consagró explícitamente a todos los pueblos.
Por otra parte, existe esta circunstancia de la unión de los obispos. Se ha conseguido alguna unión, no digo una unión total de todos los obispos. Pero antes de que Juan Pablo II fuese a Fátima, en 1982, todos los obispos habían recibido una carta de la Secretaría de Estado vaticana en la que se les pedía, en nombre del Santo Padre, que se unieran a sus intenciones. ¿Estarán cumplidas todas las condiciones? Se trata, creo, de unión moral, no de todos los obispos, matemáticamente hablando. Lo que es cierto es que el Papa, después de volver a Roma el día 19 de mayo de 1982, dijo en su discurso que había hecho todo cuanto era posible hacer. Debemos estar tranquilos, porque el Santo Padre recibe del Espíritu Santo carismas y gracias que nadie más recibe. Debemos, pues, quedamos tranquilos y seguir pidiendo al Señor la conversión de Rusia.
P. ¿De qué manera afianzan la religiosidad popular los milagros como el de Fátima?
R. El primer gran milagro de Fátima fue el llamado milagro del sol [que bailó por el firmamento], el 13 de octubre de 1917, el mismo año de la aparición en la cueva de Iría. Este milagro fue presenciado por decenas de miles de personas que. se habían congregado allí porque la Virgen lo había anunciado. También fue presenciado en los alrededores. Es un milagro incontestable, de orden físico, pero hay también milagros de curaciones de enfermos. En las mismas apariciones, la Virgen, a petición de sor Lucía [una de las videntes], contestó que sí haría milagros: "A unos los curaré y a otros no", dijo.
Después hubo ciertamente curaciones extraordinarias, pero no había un servicio organizado para verificar lo extraordinario de la curación. Este servicio existe desde hace dos años.
P. La última de las curaciones milagrosas ha sido la atribuida a María Lourdes Morais, que, al parecer, después de ser desahuciada por los médicos y pasar varios años en una silla de ruedas lleva una vida normal desde el pasado mes de mayo.
R. Yo no conozco directamente a esta persona, pero he hablado con un sacerdote que' vive cerca del pueblo y me ha dicho que había hablado con la señora y que ella le había dicho que era verdaderamente un milagro de Nuestra Señora. Ella estaba siguiendo las ceremonias de Fátima por televisión y tenía la certidumbre de que la Virgen la curaría. Es una persona sencilla que merece credibilidad, y el médico local ha declarado que la ciencia no puede explicar el fenómeno.
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