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La violencia en los territorios ocupados se cobra cinco nuevas víctimas palestinas, entre ellas un niño

Cuatro palestinos, incluyendo una joven de 17 años, murieron entre el sábado y el domingo en manifestaciones antisraelíes en los territorios ocupados, mientras que una quinta persona, un niño de 10 años, se convirtió en la víctima más joven desde que comenzaron las manifestaciones al fallecer ayer en un hospital israelí a raíz de las heridas de bala recibidas el viernes en la aldea de Burka, en Cisjordania. El recrudecimiento de la protesta palestina iniciada hace dos meses ha elevado a 43 el número de muertos por la represión, según los recuentos israelíes, y a 49, de acuerdo a fuentes palestinas.

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Los principales enfrentamientos del pasado fin de semana se registraron en el campamento de Al Arub, al norte de Hebrón, en la Cisjordania ocupada. También se produjeron choques de una "violencia sin precedentes", según el Ejército israelí, en Beit Umar, cerca de Jalul, en el sur de Cisjordania, donde las autoridades religiosas incitaron a la población, a través de los altavoces de la mezquita, a bloquear la carretera entre Hebrón y Jerusalén, según informó el Ejército israelí. En Beit Umar murieron ayer tres palestinos y al menos 12 resultaron heridos, mientras que en Al Arub murió una mujer, alcanzada por un "objeto contundente" durante las protestas registradas el sábado, según la versión oficial.La propia terminología de los comunicados oficiales del Ejército israelí recuerda a una guerra en toda regla. La radio del Ejército describía ayer así los enfrentamientos en la región de Jerusalén y en el campo de refugiados de Anta, al norte de Jerusalén: "Durante toda la noche del sábado al domingo, importantes contingentes de las fuerzas armadas y de la policía se dirigieron al poblado de Anta, donde se estaban desarrollando serios incidentes. Las fuerzas militares tenían la intención de irrumpir en el campamento por sorpresa y detener a los manifestantes. Poco después, sin embargo, se decidió suspender la operación hasta el amanecer debido a que la mayor parte de los jóvenes manifestantes huía hacia la montaña".

El Ejército y la policía han decidido reimponer el toque de queda en numerosas pequeñas localidades árabes al norte de Jerusalén, debido a la persistencia y amplitud de los desórdenes. Toda la jornada del sábado, la policía y los guardias fronterizos han sostenido verdaderas batallas callejeras con los manifestantes en los campamentos de refugiados de Anta, Silwan, Isawiya, Abu Tur y Dejbel Mujbar.

Durante las manifestaciones fue atacado el piso de un judío israelí en Abu Tur y cortadas por barricadas varias carreteras en tomo a Jerusalén. En la reunión semanal del Gobierno, realizada ayer, por primera vez desde que comenzaron las protestas los ministros de Defensa, Isaac Rabin, y de Policía, Jaim Bar Lev, han hecho un recuento de los conflictos, sin pronunciarse acerca de la duración de éstos.

Acercamiento mínimo

Entre tanto, el enviado especial de Estados Unidos para Oriente Próximo, Richard Murphy, prosiguió ayer en Damasco su gira por la zona en busca de un acercamiento mínimo entre los países árabes -Jordania, Egipto, Siria y los palestinos- e Israel que asegure el éxito dé la gira que realizará en abril o mayo próximo el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, para presentar un nuevo plan de paz norteamericano.

Los primeros resultados de la gira de Murphy, que llegará a Jerusalén mañana, son decepcionantes. En Damasco, su reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, Faruk al Shara, fue calificado de diálogo de sordos. Los sirios han hecho saber al enviado norteamericano que torpedearán todo intento de control exclusivamente norteamericano del conflicto. El presidente Hafez el Asad, por su parte, mantiene su respaldo a una conferencia internacional de paz, organizada por las Naciones Unidas y con la participación de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la organización.

La posición del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y del rey Hussein de Jordania es más matizada. Ambos están dispuestos a participar en la discusión de un "reglamento intermedio", algo así como "una autonomía auténtica, pero breve" para los palestinos de los territorios ocupados, con una condición: que Estados Unidos acepte por escrito que este reglamento no será más que el primer paso en un proceso de paz que debe incluir "un sistema permanente de resolución de los conflictos, la fijación de fronteras estables y reconocidas, y por último, una solución definitiva y equitativa al problema palestino". Ésta es la posición común que han expresado en Roma los consejeros de Mubarak y Hussein a Nimrod Novik, principal asesor político del ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres.

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