Las entradas de los Alcázares de Sevilla fueron quemadas por interventores

La quema de 108.779 entradas para visitar los Reales Alcázares de Sevilla, hecho que se produjo el lunes en el interior del recinto monumental, fue ordenada por los propios funcionarios designados para esclarecer las presuntas irregularidades cometidas por el administrador del centro, el socialista Francisco Mir del Castillo. Éste niega los hechos que se le imputan, e insiste en que "todo es una maniobra de desprestigio".Según manifestó ayer el alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, los funcionarios tenían la facultad para proceder a la destrucción de los citados documentos una vez que comprobaron que la situación estaba en orden". Del Valle señaló se trata de un procedimiento habitual repetido anualmente. Las entradas destruídas tenían una vigencia hasta el 31 de diciembre de 1986, pero el alcalde dijo desconocer por qué no fueron incineradas hasta ahora.

La explicación ofrecida por Manuel del Valle provocó una gran sorpresa en el grupo municipal de Izquierda Unida (IU), coalición que tiene interpuesta una denuncia judicial contra el admnistrador por presunta malversación de fondos y había solicitado, además, la apertura de un expediente para investigar posibles irregularidades en la venta de entradas.

Tras la denuncia de IU, Manuel del Valle, ordenó, el pasado viernes, que la Intervención de Fondos y Tesorería Municipal realizara una investigación al objeto de determinar el estado actual de cuentas y valores depositados bajo la responsabilidad de Francisco Mir. La investigación fue realizada por los funcionarios José Manuel Farfán y Santiago Margalet, quienes no observaron "ninguna discrepancia ni anomalía" en la administración de los Reales Alcázares. En el acta oficial entregada ayer, aparece junto a la firna de ambos funcionarios, la del propio investigado, Francisco Mir.