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Reagan asegura que el apoyo a la 'contra' forma parte de su revolución "por la libertad en el mundo"

Francisco G. Basterra

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, en su último discurso sobre el estado de la Unión, pidió en la madrugada de ayer que Estados Unidos continúe la revolución iniciada en su mandato "por la libertad mundial" apoyando a la contra nicaragüense y a los rebeldes en Afganistán y favoreciendo un tratado de armas estratégicas con la Unión Soviética. El presidente, que ha remontado la crisis de popularidad sufrida como consecuencia del Irangate y de un mal 1987, afirmó ante el Congreso: "Hemos hecho una revolución que ha restaurado el sueño americano".

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Reagan enviará hoy al Congreso una petición reducida de ayuda a los contra para los próximos cuatro meses. Solicitará 32 millones de dólares en ayuda humanitaria y 3,6 millones para munición y cohetes antiaéreos portátiles del tipo Redeye, informó ayer Bob Michel, líder republicano del Congreso, tras entrevistarse con el presidente en la Casa Blanca. La parte militar será congelada, sin utilizarle, a la espera de ver si los contendientes logran un alto el fuego.[El Gobierno nicaragüense indicó ayer que cree que entre la tripulación del avión de suministro a la contra abatido el sábado se encontraban ciudadanos nortearriericanos. "No podemos afirmarlo categoricamente", dijo el' jefe del servicio de información del Ejército sandinista, Ricardo Wheelock, "porque los cuerpos de las víctimas estaban totalmente quemados, pero naturalmente creemos que entre estos cuerpos calcinados hay ciudadanos norteamericanos").

Una "estación meteorológica"

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[Nicaragua. acusó el lunes a Honduras de proporcionar bases a la contra, basándose en las declaraciones del único superviviente del avión que ha sido detenido. Según éste, el vuelo interceptado partió de la isla hondureña de Los Cisnes. Las autoridades de Honduras no han negado ni confirmado este hecho. Un portavoz militar hondureño describió ayer la base de Los Cisnes como una estación meteorológica" bajo mando conjunto de Honduras y Estados Unidos. Managua, por su parte, sigue buscando a cuatro supuestos tripulantes del avión que se larizaron en paracaidas, informa Reuter.]

En un último esfuerzo por demostrar al Congreso voluntad negociadora y contrarrestar la campaña diplomática de los sandinistas, Reagan enviará al secretario de Estado, George Shultz, en una misión de paz a los países centroamericanos después del voto del próximo miércoles en el Congreso. Una importante novedad es que Shultz podría visitar también Nicaragua, aunque no se entrevistaría con Daniel Ortega.

El presidente moderó el tono sobre Nicaragua en el discurso Su sentido pragmático le ha he cho rebajar su primera idea de 270 millones de dólares en ayuda militar a 36 millones, de los que sólo un 10% será para armas, y que puede ser aceptado. Conven cido de que perdería la votación en el Congreso, que mayoritaria mente entiende que más armas para los insurgentes torpedearán el plan de paz de óscar Arias, Reagan ha cedido en sus deseos iniciales.

Reagan admitió que los sandi nistas han prometido ciertas reformas, pero insistió en que la ayuda a los "luchadores por la libertad" es necesaria para que los gobernantes de Nicaragua den pasos irreversibles hacia la democracia". La oposición demó crata pidió ayer al presidente que no envíe armas a la contra y que dé una oportunidad a la diplomacia y a la paz.

No a la negociación directa

Reagan ha vuelto a rechazar la petición nicaragüense de negociaciones directas para discutir los temas de seguridad militar que preocupan a Washington formulada por Daniel Ortega en una carta personal al presidente. Éste ni siquiera ha acusado recibo. La Administración está convencida de que tiene contra las cuerdas a los sandinistas y que si mantiene la presión militar a través de la contra, forzará a los sandinistas a negociar en sus términos.

Ronald Reagan prometió un final vibrante de su presidencia, y descartó que sea un presidente acabado. "Esto no está terminado, y 1988 no es el último año de nada. No estamos hablando de victorias temporales, sino de éxitos permanentes". El mensaje su peroptimista de Reagan, que no ve sombras en el futuro del país, contrasta con sondeos nacionales publicados ayer que registran un creciente pesimismo de la po blación. El 59% de los norteame ricanos cree que EE UU camina en una dirección equivocada.

El presidente utilizó el discur so, que fue interrumpido por aplausos en 38 ocasiones, por unas cámaras en las que su parti do, el republicano, está en minoría, para volver a cargar las pilas del orgullo, el patriotismo y el op timismo nacionales. Pero sólo fue audaz en la retórica y no pro metió nuevos programas o ideas para su último año en la Casa Blanca.

La consolidación de lo logrado y un nuevo paso en el desarme con la URSS son los objetivos de su presidencia para el año 1988. Bastante, si se tiene en cuenta que hace sólo unos meses, en pleno escándalo Irangate, se consideraba acabada la presidencia de Ronald Reagan.

El optimismo del presidente "la nación está fuerte, próspera, en paz y libre" recibió una inmediata respuesta demócrata. "Hemos llegado al fin de una era. Ya no sirven las consignas de me siento bien. Hemos aprendido que la jactancia no es liderazgo y que la ideología no sustituye al sentido común", dijo Robert Byrd, el líder de la mayoría demócrata en elSenado.

"El lado negro de los años de Reagan sólo ahora comienza a aparecer", añadió Byrd, refiriéndose a los déficit presupuestario y comercial. Los demócratas, en su respuesta al presidente, defendieron, sin embargo, el diálogo abierto por Reagan con Gorbachov.

Más información en las páginas 13 y 14

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