El primer intento de grandes fusiones comenzó con el proyecto frustrado Bilbao-Banesto

J. C. S. A.En la tarde noche del 19 de noviembre de 1987 los teletipos escupían una noticia que conmocionó a la opinión pública española. El Banco de Bilbao anunciaba haber iniciado contactos con el Banco Español de Crédito para proceder a "un proyecto de integración de ambas entidades, a fin de constituir un único grupo bancario y financiero competitivo, tanto a nivel nacional como internacional". Bilbao y Banesto serían dos bancos de un único holding financiero. José Ángel Sánchez Asiaín daba el pistoletazo de salida al proceso de fusiones bancarias, sobre el que tanto se había escrito y hablado.

La operación, planteada en un primer momento como un intento amistoso, llevaba en la recámara la amenaza de una OPA hostil en toda regla, para el caso de que Banesto se resistiera al intento. El Bilbao, que durante meses había estudiado al Hispano Americano como objetivo a seguir, cambié al final, y aparentemente de forma precipitada, de pieza: Banesto era un objetivo de mucha mayor envergadura que el Hispano, y además en Castellana, 7, se vivía una situación de estado de excepción, con un consejo, enfrentado entre clanes y aún traumatizado por la entrada de dos jóvenes inversores: Mario Conde y Juan Abelló. La intentona del Bilbao, además, parecía revestida de todas las bendiciones oficiales para hacerla triunfar.La andanada no fue bien recibida en el consejo de Banesto. A partir del 20 de noviembre se produjo un tenso tira y afloja entre las gerencias de ambas entidades. Mientras la gran banca se mostraba dividida sobre la operación, Mario Conde, cuya estrella iba a conocer la más espectacular proyección que recuerda la historia bancaria española, trataba de ganar tiempo por todos los medios, al tiempo que iba subiendo pelda¡los por el escalafón de Banesto hasta llegar a la presidencia, en sustitución de López de Letona. Letona, tachado de infiltrado, dimitía de sus cargos en Banesto el 28 de noviembre.

El juego del gato y el ratón se acabó cuando el Bilbao decidió cumplir su amenaza, y el lunes, 30 de noviembre, presentó su anunciada OPA que fue acompañada de otra OPA obstruccionista de Petromed, una sociedad del propio grupo Banesto. El lunes, 1 de diciembre, Conde era nombrado nuevo presidente del banco.

Las bolsas deciden

El 3 de diciembre, la junta sindical de la bolsa de Bilbao aprobó las dos OPA presentadas. Los dos bancos contendientes se cruzaron duras acusaciones. El 4 de diciembre, las juntas sindicales de las bolsas de Madrid y Barcelona, erigi das en jueces supremos, rechazaban ambas OPA en una ac ción calificada de "excesiva mente reglamentarista".

El 5 de diciembre, ante las dificultades encontradas en el camino, Sánchez Asiaín, arrojaba la toalla anunciando la renuncia a la fusión con Banesto. "Que se sepa que nos han echado, que no nos hemos ido por propia voluntad".

El 17 de diciembre, Mario Conde daba una nueva campanada con la introducción de cambios radicales en el consejo de administración de Banesto, en el que dio entrada a destacados personajes cercanos al PSOE. El Gobierno, por su parte, y a pesar de este primer intento fallido, volvió a reafirmarse sobre la conveniencia de las fusiones. Y al día siguiente de reconocer su derrota, Asiaín estaba ya trabajando en una nueva aventura, casi tan insospechada como la anterior: la fusión, esta vez pactada y amistosa, con el Banco de Vizcaya.